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Después de semanas sin aportes a nuestra sección Diseño en 3 claves, hoy traemos a la misma uno de los espacios comerciales con más presencia en las calles de cualquier ciudad, sobre todo en aquellas con más solera y representativas. Nos referimos a las tiendas de ropa, tiendas de moda, espacios pret a porter… en los que el vestir se convierte en todo un arte. Un sector comercial tan amplio y con tantas peculiaridades que se me antoja complicado conocer y resumir en 3 claves toda su complejidad.

Pero a fin de cuentas, de eso trata esta sección, de sintetizar el diseño #en3claves, en este caso el Diseño de tiendas de ropa en 3 claves. Después de tratar el diseño de bares y restaurantes y el diseño de supermercados, introduzcámonos de lleno en esas 3 claves que entendemos como las más importantes en el diseño de tiendas de ropa.

Mundaka World, diseño de tienda de ropa urbana en Santiago de Compostela.

Diseño de tiendas de ropa en 3 claves

1) Interacción cliente-espacio-personal

Cada persona es un mundo, realidad absoluta en sí misma, no cabe discusión. Aunque resultaría imposible variar los hábitos y costumbres de cada una de ellas, al menos sí podemos influir en ellos con unos objetivos preestablecidos.

Como punto de partida en todo negocio destinado a la venta de ropa debemos tener muy claro como queremos, o más bien, como nos interesa que nuestros clientes interactuen con nuestro espacio y nuestros productos. ¿El motivo? La mayor parte de sensaciones generadas en nuestro cliente tendrán como origen este punto.

El diseño prepara el campo de juego idóneo para conseguir la interacción deseada con el cliente.

Una atención personalizada, cuidada y muy cercana es la propia de productos con cierto nivel, mientras que los espacios en los cuales el cliente se autoatiende hasta el punto de buscarse él mismo tallas, coloridos y demás, se percibe en una franja más accesible por calidad de producto o economía del mismo.

Debemos tener claro cómo nos interesa enfrentarnos -no es la mejor palabra, lo se- a nuestros clientes, desde una lejanía controlada o desde la atención más cuidada y personalizada. Todas y cada una de las decisiones de diseño girarán en base a ello. El diseño prepara el campo de juego idóneo para conseguir la interacción deseada con el cliente.

Una vez definido nuestro modelo o más bien imagen económica o de calidad en cuanto a experiencia de compra que nos interesa transmitir a nuestros clientes debemos plasmarlo en el diseño del espacio desde la mismísima puerta de acceso.

Mientras los primeros, atención personalizada, se cierran al público con carpinterías que van desde la intimidad a la privacidad total, llegando incluso a incorporar timbres para alertar a sus dependientes de la presencia de clientes; los segundos, autoservicios, evitan todo tipo de barrares físicas, facilitando el flujo exterior-interior.

La existencia o no de mostradores, así como su ubicación, puntos de apoyo para mostrar prendas, recorridos interiores del espacio, zonificación y distribución del mismo, etc. Son muchos los aspectos a cuidar que pueden influir en el diseño de cara a ofrecer a nuestros clientes una u otra imagen que cale en su interior de tal forma que proyecte en su subconsciente la experiencia de compra que nosotros buscamos. Se trata de ofrecer a nuestro target la experiencia de compra que más le gusta, y para ello no tenemos mejor, o peor, aliado que el diseño.

2) Disposición y colocación de producto

Este segundo punto guarda cierta relación con el anterior, incluso podrían entenderse como complementarios. Si bien la interacción con el espacio resulta tremendamente importante, a medida que entramos en matices más concretos y nos centramos en el propio producto, es decir, las prendas, las diferentes formas de exponerlas, almacenarlas o mostrarlas resultan de importancia capital.

Podríamos decir que el denominado Retail es la ciencia, o variante de marketing, que se encarga de estudiar y analizar estos factores para conseguir una optimización efectiva de las ventas. Y el diseño interior, en este caso el diseño de tiendas de ropa, es el perfecto aliado del Retail para maximizar las ventas.

Si nuestra imagen es la de una tienda de cierto nivel, con ropa de calidad y las últimas novedades del «PretaPorter», las prendas se dispondrán de tal forma que faciliten al personal su manipulación de una forma cómoda para mostrar a los clientes. Aquí «poca» importancia tiene mostrar al cliente, es el personal quien corre con esa responsabilidad. En la actualidad incluso existen tiendas que ofrecen servicio de Personal Shopper, con el cual se concreta una cita como si de una peluquería se tratase para acudir a la tienda y dejarnos asesorar en función a nuestra imagen, gustos y demás.

Sin embargo, si queremos proyectar una imagen más accesible a todos los públicos, diseñaremos expositores intuitivos, agrupando producto bien por tipologías, colores, tendencias o cualquier otro método que nos interese. La clave está en facilitar la compra al cliente y sobre todo, centrar su atención en nuestro objetivo manteniendo siempre y por encima de todo la sensación de orden. Ojo, de nuestro «orden». No olvidemos que los supermercados Día, Lidl y similares son así porque realmente les interesa, no es que sean más descuidados que el resto.

Dicho esto, existe un tercer modelo que suma pequeños matices de ambos casos. Determinadas zonas pueden gestionarse con un tipo de atención en base al producto de la misma y coexistir perfectamente con otros espacios y prendas que «venden» otra imagen. Aunque es un modelo que funciona y se emplea hasta la saciedad, personalmente me gustan más aquellos espacios con las ideas claras, homogéneos, pensados, creados y definidos con determinación, sin medias tintas.

3) La iluminación

Una vez más, sí: La iluminación comercial. No vamos a extendernos más en este punto porque mucho se ha hablado ya de iluminación comercial en este blog, pero si existe un aspecto sumamente importante en el diseño interior de un espacio destinado a la moda ese es, sin lugar a dudas, la iluminación del mismo.

Piensa que un buen proyecto, por mucha calidad que atesore en todos los sentidos, puede verse arruinado a medida que avanza el día y la dependencia de mayor cantidad de luz artificial se hace patente. En realidad el interiorista ha de diseñar dos locales, uno con luz natural y otro con luz artificial [Retuitear esta frase], tan importante es el primero como el segundo.

La iluminación es una parte de nuestra profesión, quizá la única, con capacidad suficiente para mejorar por sí sola un mal diseño o arruinar el más genial de los proyectos de Arquitectura Interior Comercial.

Este artículo forma parte de la serie Arquitectura Comercial en 3 claves. Fotografía: Santos Díez | BISimages. Proyecto: Mundaka World. Diseño de tienda de ropa urbana en Milladoiro (A Coruña), por Ivan Cotado Diseño de Interiores.

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