Cómo detectar al arquitecto estrella.- En algún caso nos han criticado por criticar, y criticar… No sé, quizá debiéramos forzarnos a sentir ese retrógrado corporativismo tocado por el fanatismo que te hace idolatrar aquellos nombres que aparecieron algún día en los libros de texto con los que aprendimos o, en mi caso, nos apasionamos por esta noble dedicación.
Cierto es que todos podemos, y debemos, equivocarnos. De hecho yo mismo estudié —nótese que no es lo mismo estudiar que ser— una ingeniería cuando quizá debiera haber estudiado arquitectura. Pero no es lo mismo equivocarse que perseverar en el error, lo primero es humano, lo segundo necedad. ¿O quizá debiera decir embuste? Bueno, dejémoslo ahí.
El problema viene cuando el mejor cliente de un arquitecto es su propio ego
Un arquitecto puede equivocarse como humano que es aunque a alguno se le olvide, pero no debe persistir en el error. Cuando lo hace está conjugando la propia esencia del egoísmo y despreciando en todo momento los intereses de su cliente en favor del propio. Porque no lo olvidemos, un arquitecto siempre tiene un cliente. El problema viene cuando el mejor cliente de un arquitecto es su propio ego. Ahí comienza a florecer el arquitecto estrella.
Los avances tecnológicos de la Revolución Industrial propiciaron un auge de la ingeniería y la Arquitectura nunca visto hasta entonces. Esto no es una clase de historia contemporánea ni soy yo el más indicado para impartirla, pero considero importante remarcar que las posibilidades y soluciones aportadas por los «genios» de la época propiciaron el acercamiento del diseño a la gente. La máquina de vapor, la máquina de hilar, o la utilización del hierro, el acero y finalmente el hormigón armado en la construcción son claros ejemplos de ello. Nótese que hablamos de soluciones en el sentido estricto de la palabra.
Se construyen grandes hitos de la ingeniería como la Torre Eiffel, aparecen las primeras luchas de egos entre arquitectos como Wright, Le Corbusier, Mies… y realmente empezamos a apreciar las virtudes intrínsecas del diseño, pero también comienza a germinar el arquitecto estrella que acabará desvirtuándolo.
La arquitectura es tan solo un medio, no un fin es sí mismo
Y es que el diseño por el diseño es inútil, simple fachada. El diseño y la arquitectura nacen para aportar soluciones a la sociedad, no para recrearse en su propia idiosincrasia. Quizá se trate de humildad, de aceptar su propia limitación, pero la arquitectura es simplemente —que no es poco— un medio, no un fin en sí mismo.
Dicho esto, vamos a intentar despejar los rasgos comunes de estos ególatras a los que hemos denominado arquitectos estrella, pero antes quisiera aclarar un par de cuestiones.
El concepto, o defecto, es perfectamente detectable en otras profesiones, los egos desmesurados no se restringen a la arquitectura o al interiorismo, podemos observarlos en cualquier disciplina relacionada de alguna manera con el proceso creativo y con cierto reconocimiento social.
Por otra parte, este egocentrismo puede ser una cualidad. Uno no tiene por que ser arquitecto estrella desde y por siempre. Todo creativo puede caer en cierto momento en alguno, o en todos los rasgos del arquitecto estrella que veremos a continuación.
5 rasgos para detectar al arquitecto estrella
1) Proyectos personales
Todos los proyectos de un arquitecto estrella que se precie siguen una línea, al menos mientras dure la «enfermedad». Tienen una firma, son reconocibles. De hecho, si no fueran reconocibles el arquitecto estrella se sentiría defraudado porque ese es precisamente el principal objetivo, que se reconozca al proyectista.
Las imágenes que se muestran a continuación pertenecen a varios proyectos de un arquitecto al que admiramos, Frank Gehry. Pero si piensas en contratarle y tienes presupuesto para ello, puedes visualizar tu proyecto con bastante anticipación.
Estoy 100% de acuerdo con la siguiente línea de pensamiento del Luis Bassat. En «El libro rojo de la publicidad», el publicista opina esto de las agencias de comunicación —yo lo hago mío para cualquier proceso creativo.
Los creativos no han de tener estilo propio, sino crear el estilo que personalice y diferencie a cada uno de sus clientes. Luis Bassat
Es necesario recordar que el diseño aparece como respuesta, como solución a un problema o necesidad que tiene nuestro cliente o la sociedad en sí. Para el arquitecto estrella esto no es prioritario.
2) Ostentosidad, vanidad creativa
La RAE define ostentoso como «magnífico, suntuoso, aparatoso y digno de verse». Con esto queda todo dicho.
Todo proyecto «estrella» es ostentoso en toda su acepción, no solo en los primeros calificativos, que son los que todos esperaríamos, sino también en el último: «digno de verse«. Para el arquitecto estrella este es el más importante, y puede que para muchos clientes también, por tanto si están dispuestos a asumir el resto de rasgos estrellas, quizá no se equivoquen contratando a un arquitecto estrella.
3) Presupuestos desmesurados
Poco más que decir. Empíricamente comprobable. Presupuestos desmesurados y modificados inevitables. El inefable Mourihno suele cobrar en los clubs en los que entrena «un euro más que el mejor pagado», según él para ganarse el respeto de la plantilla. El arquitecto estrella debe pensar algo parecido. No pueden estar más equivocados, el respeto y el dinero se encuentran en sectores vitales infinitamente distanciados.
La imagen adjunta pertenece al GAIÁS, o Cidade da Cultura en Santiago de Compostela. Proyecto de Peter Eisenman con un presupuesto inicial de 108 millones de euros que a día de hoy se ha multiplicado por 4 (casi 400 millones) y se encuentra parado, sin ocupación relevante y sin finalizar a la espera de mejor momento.
4) Inmediatez
Un arquitecto estrella no contempla el futuro a largo plazo de sus proyectos. Le importa que le hagan pasar a la posteridad, pero no el mantenimiento o el día a día de su obra.
La imagen adjunta pertenece al Palacio de Congresos de Oviedo, del arquitecto Santiago Calatrava. La principal característica distintiva de este ostentoso proyecto era una visera móvil, pero el mecanismo nunca ha funcionado y genera graves riesgos de seguridad. Arreglarlo costaría más de 6 millones de euros.
5) Estética, estética, estética
En este blog hemos escrito en más de una ocasión sobre las enseñanzas arquitectónicas que Vitruvio nos dejó hace más de 2000 años, y sobre la necesidad de respetar e innovar siempre sobre las Venustas (belleza), Firmitas (firmeza) y Utilitas (utilidad). Pero el arquitecto estrella se olvida habitualmente de la funcionalidad. A pesar de ser una característica crucial para su cliente, a él no le reporta beneficio alguno.
Nuevamente nos fijamos en Calatrava, concretamente en el puente Zubizuri de Bilbao. Un puente sobre la ría de Nervión con suelo acristalado que ha tenido que ser enmoquetado por los resbalones en días húmedos o de bajas temperaturas, es decir la mayoría del año en esa zona de Bilbao.
Para terminar quisiera dejar claro que podrían existir proyectos en los que encaje perfectamente un arquitecto estrella. Quizá ocurra esto en alguno de los aquí expuestos. No hay duda de que un proyecto o arquitecto estrella genera una notoriedad mayúscula que puede ser beneficiosa en algún tipo de edificio singular —a costa de generosos presupuestos— o en algún proyecto comercial, aunque en este caso únicamente contemplaría las flagships stores.
En cualquier caso lo que aquí se proponía era dejar claros los rasgos de un ejercicio bastante extendido y que (OjO) no solo practican arquitectos o diseñadores de renombre.
ATRIBUCIONES IMÁGENES:
Bodega-Hotel Marqués de Riscal. Frank Gehry. By Nicola (Own work) [CC-BY-SA-3.0], via Wikimedia Commons
Centro de artes visuales Richard B. Fisher en New York. Frank Gehry. By Pmasck at en.wikipedia [CC-BY-SA-2.5], from Wikimedia Commons
Experience Music Project en Seattle. Frank Gehry. By Carol M. Highsmith [Public domain, Public domain, Public domain or Public domain], via Wikimedia Commons
Museo Guggenheim en Bilbao. Frank Gehry. By Riina [Public domain, Public domain, Public domain or Public domain], via Wikimedia Commons
Ciudad de la cultura en Santiago de Compostela. Peter Eisenman. Por José Antonio Gil Martínez from Vigo, Spain (Camino del NorteUploaded by tm) [CC-BY-2.0], undefined
Palacio de congresos de Oviedo. Santiago Calatrava. Por Martpan (Trabajo propio) [CC-BY-SA-3.0], undefined
Puente Zubizuri en Bilbao. Santiago Calatrava. Por José Antonio Gil Martínez from Vigo, Spain (Camino del NorteUploaded by tm) [CC-BY-2.0], undefined