Las razones del éxito de esta enseña darían para varios artículos al respecto, sin embargo, estratégicamente, debíamos quedarnos con una. Sería un error, tanto desde el punto de vista del marketing como, por ende, del interiorismo, tratar de destacar más de un atributo relevante (dos como máximo) para su cliente ideal. ¿Con cuál nos quedamos?
INteriorismo EStratégico como herramienta empresarial
Para ello, un buen INteriorismo EStratégico estudia el contexto actual, las fortalezas y debilidades de la marca y el mercado, analiza los rasgos del cliente ideal, plantea unos objetivos empresariales y los persigue en la implementación de un diseño corporativo. Así, entendemos que la principal fortaleza del Grupo Ramón García, relevante y valorada por su cliente, en la que es netamente superior a su competencia directa, es… (and the Oscar goes to…) su capacidad resolutiva global en proyectos con la madera como protagonista.
Si algo destaca de esta carpintería es su capacidad resolutiva y la cantidad de recursos, humanos y técnicos, que pone al servicio del cliente. Es decir, como cliente, puedes dar rienda suelta a tus deseos y/o necesidades, puedes pensar en grande o en chico, en negro o en blanco, en madera o incluso en piedra… si puedes imaginar algo Ramón García puede construirlo de forma rápida, eficiente y con la máxima calidad.
Desde esta perspectiva diseñamos el nuevo showroom de cocinas de la marca en un espacio de 500 metros cuadrados al que, además, se trasladan sus oficinas de contract. El mensaje resultante, el que deja impreso el INteriorismo EStratégico es el de una gran empresa que pone al servicio del cliente calidad, recursos y altas capacidades a un precio contenido.
El diseño de showroom de cocinas del Grupo Ramón García
Se plantea una distribución articulada a partir de un majestuoso pasillo que refleja la capacidad de la marca para trabajar con diversos materiales y magnitudes, como el Krion o las lamas de tablero rechapado de Zebrano de Finsa, que enmarcan el recorrido principal en una disposición inspirada en la forma de apilar tableros en un taller de carpintería.
A ambos lados se diseñan 5 cocinas que reflejan el amplio espectro de trabajo de la marca. Una cocina Eco, en línea con las tendencias sostenibles actuales; Tech, una cocina de alta evocación tecnológica; Chef, una cocina profesional adaptada al hogar; Urban, cocina de líneas urbanitas y desenfadadas para el público más joven; y la cocina Tradición, destinada a un público más conservador y tradicional.
El abanico de posibilidades, derivadas incluso de la combinación de opciones, es suficiente como para encajar en un amplio segmento de clientes. Diseñamos cada una de las cocinas con elementos, composiciones, materiales y acabados dispuestos para albergar el mensaje estratégico general y evocar en el visitante la infinidad de posibilidades y soluciones que Ramón García puede ofrecer.
En estos espacios de exposición, tanto la iluminación (difusa, neutra y cercana a la luz natural) como los pavimentos (baldosa cerámica gris) se conforman neutros y con poca presencia para no interferir en los diseños de las cocinas y, a su vez, para que los espacios puedan ser reutilizados cuando se cambien los diseños.
La operatividad del showroom está contemplada en el diseño. Así, disponemos cuatro puestos de atención personalizada, una pequeña zona de espera y una sala infantil pensada para optimizar la experiencia del cliente con hijos. Pero hay dos soluciones que llevan esta experiencia al estado emocional que toda gran marca deber perseguir, una es la sala de reuniones, de la que hablaremos más adelante, y otra es la sala de muestras.
Marketing, percepción y realidad. Una razón para creer
En la sala de muestras el cliente confirma su percepción de que Ramón García es diferente. Se juega con la gestión de expectativas para sorprender con un espacio más cercano a la exposición de joyas que al almacenaje de tiradores, materiales y mecanismos de cocina. Utilizamos para ello una iluminación futurista y un evocador diseño de mobiliario.
Hemos analizado y diseñado un espacio que albergue y acompañe los diferentes estadios, funcionales y emocionales, por las que puede discurrir el cliente en tienda. La última etapa, una sala de reuniones donde desplegar el inmenso catálogo de recursos que Ramón García pone a su servicio. Y para ello nada mejor que disponer vistas al equipo humano que se encuentra trabajando en las oficinas de contract.
Nada ofrecería más seguridad a un temeroso viajero transatlántico a bordo de un barco a vapor que visitar la sala de calderas a pleno rendimiento. Esto es lo que hemos hecho en la sala de reuniones. Simplemente mostramos al cliente lo que podemos hacer por él para que la percepción se convierta en realidad, en una razón para creer enmarcada en un espacio que sorprende por su pulcritud tecnológica y la calidad y precisión de sus acabados.
Por último, y no por ello menos importante sino al contrario, las oficinas de contract. Un espacio de trabajo cómodo, funcional y corporativo, pero también majestuoso, motivador y estratégico, inspirado en grandes árboles construidos a partir de múltiples laminados que reflejan los años de experiencia en el tratamiento de la madera del Grupo Ramón García.
En definitiva, diseñamos un espacio integral y homogéneo que trabaja de forma global para conseguir unos objetivos corporativos. Utilizamos para ello la componente volumétrica, atributos sensoriales a través de la combinación de materiales, acabados y diferentes tactos, la iluminación y la estética, y cómo no, un atributo estratégico que planifica de principio a fin una experiencia de cliente que ha de acabar, en un alto porcentaje, en compra y branding de marca positivo. Este, y no otro, es el verdadero objetivo de Iván Cotado y Ramón García en esta intervención.