Su diseño refleja de forma potente y reconocible la esencia de la marca, poniendo en valor sus claras dualidades y contrastes además de dar un protagonismo absoluto al producto con una gran barra que ordena el funcionamiento del local y evidencia su honestidad y estrategia de “fast good”.
Un restaurante reconocible para una marca con carácter
Este proyecto de INteriorismo EStratégico nace de la intención de crecimiento y la búsqueda de una imagen arquitectónica que poder trasladar a futuros locales. Gazteka quería crecer e imprimir en sus locales un marcado branding que reflejara sus valores y atributos principales.
Analizando la marca descubrimos una clara dualidad en todo lo que la rodea: producto salado y dulce, burritos y cookies, sus colores corporativos naranja y verde, la estrategia de negocio “rapidez y calidad”, busca romper con lo ordinario, la diversidad, se evidencia el concepto de “fusión” y la innovación frente a la artesanía de la elaboración, se pretende que sea un restaurante de comida sana para un gran público que demanda además un servicio rápido. Es decir, dualidades y paradojas que se reflejan también en el diseño del interior del restaurante.
La distribución de este espacio de 170 m² nace de la propia operativa diaria, dando respuesta al programa de necesidades, a los flujos de clientes, a la visibilidad del producto y teniendo en cuenta la importancia del servicio a domicilio. Con todo esto se genera una barra lineal que coloniza el espacio público y se organiza para dar cabida a todas las necesidades de venta. Por un lado, la recogida/take away próxima a la calle, con una entrada independiente para no alterar los recorridos del cliente del local. Por otro, un recorrido que pasa por una zona de preparación de 5 metros de longitud que permite al cliente ver el producto y su montaje, una vitrina dulce y por último la zona de pedido, tras haber visto y decidido lo que se quiere consumir.
El recorrido del cliente a lo largo del local se convierte en una experiencia de consumo. Se optimizan las zonas internas de trabajo y se genera también una barra trasera de apoyo a la preparación. Por otro lado, el showcooking de cara al cliente se convierte en el protagonista del local y, además, aporta gran funcionalidad a los trabajadores.
Las cocinas de dulce y salado, ubicadas en la parte posterior, se abren también al cliente enfatizando la honestidad y calidad del producto.
En torno a la barra se ordena el comedor interior. Las bancadas corridas son las que organizan y optimizan el espacio en sala, pudiendo organizar las mesas en grupos de diferentes tamaños, manteniendo el orden independientemente de la configuración. Además, una pequeña mesa alta servirá como mesa informal con alta rotación.
Se ubica el sucio, el almacén y los vestuarios en la zona más desfavorable del local, pero en conexión directa con la cocina y la barra, facilitando así el tránsito y comunicación entre éstas.
La propia naturaleza de los materiales es la que inunda el espacio, en tonos crudos, con textura y cierto tinte artesanal, a la vez que aparecen materiales más tecnológicos, materiales ligeros y pesados, que conforman la paleta del proyecto, marcando la dualidad tan característica de la marca. Así aparecen madera y metal, termoarcilla y chapa ondulada o la pintura dos texturas. Todo hablando el mismo lenguaje que el público joven y dinámico de Gazteka.
El color también está muy presente en el espacio, representando los colores corporativos en varias aplicaciones, incluso en los aseos, en los que naranja y verde son los protagonistas.
Como refuerzo al valor de innovación e inmediatez, se hace referencia a las pantallas tan presentes en el día a día y a uno de los elementos base del mundo tecnológico, el pixel. Se colocan elementos como las autocajas y grandes pantallas led de información, pero además esta idea coloniza todo el espacio de una forma más abstracta, de modo que todo el espacio queda inundado por pixels, al igual que nuestras vidas. Así, la iluminación también refleja este concepto con la elección de downlights con “pixels” o tubos de luz con color que generan reflejos y contrastes y enfatizan aún más el ambiente distendido y de “buen rollo”, convirtiéndose en seña de identidad de la casa.
Iván Cotado proyecta un espacio diferenciador que provoca sensaciones duales, generando un ambiente único, funcional, organizado y en el que todo está conectado. Un espacio actual, informal y práctico que desprende carácter y refleja lo que es Gazteka: una marca de ahora con los valores de siempre.
¡Larga vida a Gazteka!
Fotografías realizadas por Luis Vilanova.