Somos un pequeño estudio de INteriorismo EStratégico y ARtesanal, y no concebimos un buen trabajo profesional sin una excelente relación personal con nuestros clientes. Así que me vas a permitir que te cuente algunas cosas sobre mi vida.

Nací hace más de tres decenios en un pueblo de Galicia y capitaneo un pequeño-gran equipo de profesionales que no hacen otra cosa que poner en valor proyectos empresariales. Soy demasiado joven para estar donde estoy, dicen algunos, y lo suficientemente maduro para soportar vendehumos y relatores de cuentos de hadas, pienso yo.

De mi padre aprendí que un buen traje a medida debe disimular imperfecciones y enfatizar virtudes. Con el INteriorismo ocurre algo similar.

Mis padres tenían una pequeña tienda de ropa y una sastrería. Mi padre era sastre. Uno de esos oficios mezcla de artesanía y bella elegancia que se van perdiendo. Me crié entre reglas, patrones y planos sobre telas de colores. De mi padre aprendí que un buen traje a medida debe disimular imperfecciones y enfatizar virtudes.

Con el INteriorismo ocurre algo similar.

Frente a la sastrería de mis padres mis abuelos tenían otro negocio: un bar-restaurante con un pequeño hostal en los pisos superiores. Esa, además, era nuestra casa.

Llegó el proyecto que lo cambió todo, El Sueño Húmedo. Taschen, la prestigiosa editorial de arte, lo eligió entre los mejores bares y restaurantes de todo el mundo.

Me encanta mancharme los zapatos. Pisé mi primera obra antes que la primera discoteca. No recuerdo qué me regalaron antes, si la sierra caladora o la guitarra eléctrica.

Mi dedicación estaba predestinada desde niño. Me interesaban el diseño, los negocios, la construcción y la artesanía. Descubrí que podía imaginar cosas, incluso construirlas con mis propias manos, y que aquello resultaba útil para la gente.

Mi infancia me proporcionó un enfoque muy válido para mi profesión: Artesanía + Diseño + Negocios. Y pienso que aquí radica el verdadero valor diferencial que podemos aportar al INteriorismo.

Luego llegó El Sueño Húmedo. El proyecto que lo cambió todo. La prestigiosa editorial Taschen lo eligió entre los mejores bares y restaurantes del mundo.

Un buen INteriorista no solo ha de saber de diseño interior. Ha de saber, y mucho, de personas. Ha de saber, y mucho, de obra. Ha de saber, y mucho, de negocios.

Más tarde vino CUPA, líder mundial en pizarra para cubiertas que nos confió su showroom internacional.

Y Gómez Bravo, uno de los más prestigiosos cirujanos plásticos del país. Y nuestro primer Estrella Michelín, el complejo hostelero del chef Luis Veira.

Clínicas, ópticas, panaderías, tiendas de moda, bares, restaurantes… e Incitus, esa gran iniciativa en la que cada año acompañamos y diseñamos los interiores de los mejores proyectos de hostelería.

Diseñar Interiores de negocios no es una broma. Es necesario saber mucho de INteriorismo, pero NO es suficiente.

Has de entender el mundo empresarial, has de sentir el negocio: ¡Mamarlo!

Y esto es lo que he hecho desde niño.

Un buen INteriorista no solo ha de saber de diseño interior. Ha de saber, y mucho, de personas. Ha de saber, y mucho, de obra. Ha de saber, y mucho, de negocios.

Por eso elegimos este lema: Diseñamos interiores. Creamos negocios.

Y desde ayer hasta hoy ya son más de 15 años llevando ideas empresariales del papel a la calle.