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Jamás nos habíamos mirado al espejo. Nunca nos habíamos planteado ante esta tesitura ¿Qué clase de profesionales somos? ¿Cómo es nuestro estudio de interiorismo? ¿Cómo nos definiríamos a nosotros mismos? Hemos hecho un ejercicio de introspección del que sacamos conclusiones muy claras que nos ayudarán a tomar decisiones importantes en el futuro. Para esto también sirve un blog.

Proyecto de Interiorismo Mundaka World. Santiago de Compostela. Por Ivan Cotado Diseño de Interiores

Proyecto de Interiorismo Mundaka World. Santiago de Compostela. Por Ivan Cotado Diseño de Interiores

En la mayoría de sectores conocidos es común encontrar profesionales que trabajan para resolver un problema. Y cada uno de ellos lo hace a su manera. Esto es lo que hace que existan diferentes categorías, clases, gamas de producto o calidades. En el mundo del diseño o arquitectura interior, por desgracia, esas diferencias no distan tanto entre ellas. Lógicamente existen excepciones, geniales excepciones en muchos casos.

La gran mayoría de estudios de interiorismo, diseño, decoración y arquitectura de este país siguen una metodología de trabajo basada en la repetición y no asumen riesgos. Cuando haces lo mismo, de la misma forma, empleando los mismos elementos, día tras día, mes a mes, durante toda una vida profesional… las probabilidades de cometer errores son ínfimas.

Desde nuestros comienzos hemos intentando desmarcarnos, en la medida de lo posible, de esta forma lineal, plana y aburrida de hacer las cosas. No entendemos nuestro trabajo como tal, si no como una pasión, un disfrute diario que nos mantiene con la misma ilusión de nuestros comienzos. Mantener esta chispa resulta muy complejo cuando todos tus días son iguales, es por ello que nos gusta evolucionar y mantenernos activos. Esto significa experimentar con lo desconocido, enfrentarte a tus miedos y tomar decisiones de responsabilidad ante situaciones hasta el momento extrañas. Es en estos momentos cuando las posibilidades de cometer errores aumentan y tienes que aceptarlo como parte del juego. Como estudio de Interiorismo no hemos hecho más que cometer errores.

No nos interesan los profesionales, del tipo que sean, que no se equivocan ni cometen errores. Si el mundo evoluciona no es gracias a ellos. El progreso se gesta en la cabeza de personalidades inquietas que gustan de crear cuando no encuentran en busca de mejorar el futuro. Lo que viene a ser innovar, en el campo o doctrina que sea.

Si careces de experiencias ante situaciones nuevas cometerás errores. Cada uno de ellos será una lección de enorme valor que nos ayudará a ser cada día un poco mejores, más profesionales. Por todo ello, equivocarnos y errar no es algo que nos preocupe en exceso, siempre y cuando sea consecuencia de esa búsqueda por mejorar lo conocido y, lógicamente, estemos a la altura en la búsqueda de soluciones.

Un profesional es la persona que comete todos los errores posibles en una materia muy concreta.” Niels Bohr.

Son muchas las figuras a lo largo de la historia que ejemplifican esta forma de ser, porque así lo entendemos, como una filosofía de vida más que como un método de trabajo. Ferrán Adriá, John Lennon, Picasso, Le Corbusier, Steve Jobs, etc. Todos estos genios han tenido la osadía de enfrentarse a la historia para conseguir cambiar su futuro y por consiguiente, el del resto del mundo. Difícilmente habríamos llegado a donde estamos sin personalidades de este tipo, con el valor suficiente para afrontar situaciones desconocidas hasta el momento convirtiéndose en pioneros para la historia. Sus errores son los que les han hecho grandes y tras ellos hemos ido los demás. Seguimos sus pasos y aprovechamos sus experiencias y vivencias como si de guiones cinematográficos se tratasen cayendo en la imitación en muchísimas ocasiones.

Dicho esto, y desde la más absoluta humildad, trabajaremos día a día en la utopía del diseño genial. Esa búsqueda es la que nos mantiene ilusionados. Como recientemente ha dicho Souto de Moura:

“Para llegar a la belleza hay que arriesgarse a caer en lo feo. Ser osado siempre tiene recompensa”.

Seguiremos su consejo.

Fotografías del proyecto Mundaka World: Héctor Santos Díez

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