Diseño Le Tavernier Madrid Gran Vía
Hemos tenido el honor de resultar elegidos para diseñar LE TAVERNIER Madrid, una nueva azotea en plena Gran Vía madrileña. Un espacio que rompe con los cánones establecidos y configura un verdadero puerto marítimo pero en altura, y con vistas al skyline de la capital.
Con un diseño inspirado en un viejo galeón, en el que el agua, la madera y la naturaleza cobran un refrescante protagonismo, este rooftop ubicado en la última planta del hotel INNSiDE by Meliá Gran Vía, representa un verdadero oasis donde relajarse y disfrutar de un entorno portuario en pleno centro de Madrid.
Acompáñanos y te contamos los pormenores del diseño de LE TAVERNIER Madrid a continuación…
Diseño ‘LE TAVERNIER Madrid’, un viejo galeón surcando el cielo de Gran Vía
La historia de LE TAVERNIER corre paralela a la de su capitán, el marino Breixo. Que tras infinitos viajes surcando los mares del mundo, se trae a casa los mejores alcoholes que ha bebido en las tabernas portuarias más recónditas, junto con las recetas más sabrosas y los recuerdos más inconfesables. Así nace este rooftop, para ofrecer acomodo a toda la experiencia del viejo marino, que ahora hace gala de su hospitalidad brindando lo mejor de sus viajes: rones, whiskies, ginebras, vodkas, cocktails… y el picoteo más sabroso y desenfadado.
Y para representar la historia de LE TAVERNIER en el espacio arquitectónico, cómo no, volvemos a recurrir al INteriorismo EStratégico como herramienta para llegar a la esencia de la marca y conectar(la) con el consumidor.
Una clara inspiración marina surca la paleta de materiales y las soluciones arquitectónicas utilizadas. El suelo en madera añeja de Teka, como el viejo galeón, recuperada del antiguo pavimento de la propia azotea del hotel, mantiene los tonos ocres y arenosos presentes en toda la paleta de color. En la zona central se generan sombras a través de toldos vela anclados en mástiles que ofrecen un perfil heterogéneo similar al que podemos observar en cualquier puerto.
Metales envejecidos para conformar el atril de hostess, la trasera del escenario, la barra o los mástiles que recorren la cubierta. Un secret room inspirado en el camarote del capitán, en madera negra, paramentos inclinados e incluso vistas a la lejana sierra madrileña. Y un majestuoso rótulo sobre un fondo de más de 50 Kg de redes fantasma a la deriva recuperadas del mar, y cuyas letras también son fruto del reciclaje. La gallega Gema Neira, experta en trabajar con productos recuperados del mar, fue la encargada de convertir más de 80 Kg de basura en el material que conforma las 11 letras de LE TAVERNIER.
El visitante desembarca directamente en un fresco selfie point donde, después de la obligada fotografía, un/a hostess lo guía lo largo de más de 500 metros cuadrados de sala, barras, reservados y escenario. Quedan para el personal interno las cocinas y almacenes.
En el umbral de entrada, una ilustración de Fendequeley sobre la marca creada por Cristina Ayala, ofrece la bienvenida al visitante. A partir de ahí, una distribución radial, alrededor del escenográfico patio del edificio, articula la circulación y las diferentes zonas de interés. En primera instancia una zona de mesas y sillas bajas y, en otra línea más íntima con vistas a Mesonero Romanos, sofás para grupos. Todo el mobiliario y equipamiento profundiza en la coherencia del espacio, manteniendo el descaro en sus formas y los tonos ocres y arenosos en consonancia con el entorno marino.
Al fondo una de las zonas más aclamadas, el Ágora. Sobre uno de los torreones de Gran Vía, con unas impagables vistas de casi 360º, Cotado configura esta estancia para el disfrute grupal más informal, con grandes bancadas perimetrales inspiradas en la propia cubierta del galeón capitaneado por Breixo.
Enfilando la barra nos encontramos una zona de mesas altas y taburetes, con vistas directas al esplendoroso skyline sur de la capital, con Callao al oeste y los majestuosos edificios de Gran Vía al frente. Siempre rodeados de vegetación y agua (dos grandes fuentes que tuvieron que ascender más de 50 metros con una gran grúa sobre la imponente fachada), el visitante siempre tiene contacto visual con la zona central en la que se encuentra un versátil escenario, que tanto funciona como palco de actuaciones, como de bancada superior para ampliar capacidad en horas punta.
Desde el punto de vista de la experiencia del cliente, consideramos importante aligerar la arquitectura para contrarrestar la dureza del hormigón que propone el centro de la ciudad. El paisajismo, a cargo de los madrileños Ambienta, configura un relajante y sorprendente entorno verde. El rumor del agua junto al esplendor de los jazmines, la robustez de los cotoneaster, los evocadores bambúes, las vistosas higueras y hasta un manzano, recrean un perfecto ecosistema capaz de apaciguar hasta los espíritus más indomables.
La barra, en formato semicircular y coronada por el majestuoso rótulo ya comentado, recuerda a un café colonial, con una contrabarra llena de referencias, una oda a los centenares de espirituosos que Breixo se trajo de sus viajes. A su vera, una barra de apoyo y coctelería conformada por cajas de bebidas en madera recuperada, aportadas por 1906, de Estrella Galicia.
Y al final del pasillo de acceso a los baños, una vez superada la cocina, se encuentra el reservado o secret room, el camarote del captitán Breixo, con capacidad para 18/20 comensales y unas vistas de infarto a los tejados del norte de Madrid, que en días claros es posible divisar incluso la imponente cara sur de la sierra. Un espacio íntimo, en madera teñida, que recuerda a al viejo camarote del capitán, lleno de recuerdos y aroma marino, con una tenue iluminación y una gran pantalla que hace las veces de ventana al mar o útil para presentaciones y reuniones de empresa.
La iluminación merece capítulo aparte en LE TAVERNIER. Una iluminación que acomoda el ambiente festivo que siempre reina en esta azotea. De los mástiles de puerto cuelgan redes de bombillas de intensidad regulable y posicionamiento azaroso que, junto con elementos puntuales, faroles y apliques de inspiración marina, conforman una sugerente atmósfera nocturna en cubierta, que bien pudo disfrutar el capitán Breixo a bordo de su galeón en uno de sus viajes allende los mares.
Como efecto reclamo, muy alineado con el espíritu estratégico de nuestros diseños, disponemos una interminable maraña de neón-leds de color azul marino que se descuelgan por el patio del hotel a través de las habitaciones, extendiendo y sugiriendo a sus huéspedes que arriba en cubierta, en LE TAVERNIER, está ocurriendo algo que merece su atención.
Así, entre neones, faroles, maderas, vegetación y agua, hemos construido esta embarcación que surca los altos mares de Madrid. Una embarcación de espíritu marino, no podía ser de otro modo, y recio carácter, equilibrado con la sensibilidad de quien ya lleva a sus espaldas unas cuantas travesías.
¡Larga vida a LE TAVERNIER!
Fotografías realizadas por Juan Antonio Partal.
2021
Gran Vía, 34 – Madrid
INteriorismo EStratégico Le Tavernier Madrid