En un lugar privilegiado, un pequeño local junto al mercado de abastos de Santiago de Compostela, Asede acoge lo que surja en torno al mundo del vino: ya sea una tienda especializada, un punto de encuentro, un espacio de divulgación, una oficina de trabajo, un lugar de celebración para eventos privados… y todo ello al abrigo de la magia de un lugar al que el diseño no puede hacer más que rendirse y ensalzarlo.
Cómo diseñamos ‘Asede’ respetando la magia del lugar
El proyecto Asede de Abastos 2.0 surge de la búsqueda de un espacio polivalente. La propiedad necesitaba un pequeño almacén para el vino de sus locales, una pequeña oficina y un espacio para pequeños eventos privados. Así germina la idea de aunar todos estos conceptos en una tienda de ‘barrio’, una tienda especializada en vinos, mundo del que gusta Iván Cotado, que se regodea en este proyecto encontrando metáforas para crear un espacio que respira terruño y bebe respeto.
El espacio original ya venía con carácter e historia, razón de más para que la intervención resulte respetuosa. Sin embargo, y ahí está el reto del diseño, el equipo de diseño centra sus esfuerzos en imprimir una nueva atmósfera vitivinícola sin perder la esencia de la tienda de antaño, mucho más fría y distante de lo que ahora se pretende.
La imponente estantería que rodea la parte frontal del espacio ya se encontraba en el local. Se restaura y se recupera el color original en tonos burdeos, que aplica perfectamente en el nuevo espacio.
En la teatralidad resultante incide de forma crucial la luz y la iluminación, pero también el baño lumínico sobre la pintura a la cal y polvo de mármol (de Croma Natural Paint) en tonos rojizos, que se aplica de manera artesanal creando ondas inspiradas en el líquido de referencia.
Siguiendo con las metáforas arquitectónicas que hacen que el subconsciente del visitante se encuentre a gusto en Asede, en el suelo se utiliza un pavimento en rollo de corcho, que sube además por la pared para crear un gran zócalo que protege el paramento a la vez que evoca de forma clara el mundo vinícola.
Con la intención de lograr una atmósfera limpia y focalizada en el producto principal, se evita añadir más materiales al proyecto. Y se pasa a tratar con mucho mimo la iluminación, que se convierte en coprotagonista del espacio.
Tanto el mobiliario antiguo recuperado en el local, la historia del mismo, la magia del entorno y el gusto por el diseño, así como el pulcro respeto por la historia y las tradiciones de Iago Pazos, alter ego de Abastos 2.0, obligaban a Iván Cotado, no solo a prestar mucha atención a la luz, sino a elegir luminarias singulares, apropiadas y con cierto carácter artesano. De ahí la selección del papel como parte integrante. Así las cosas, la serie de luminarias de Isamu Noguchi para Vitra se cuelan en el proyecto.
Iván se enamoró del antiguo mostrador nada más entrar en el local. Simplemente se limpió, se protegió y se dejó en el mismo lugar. Para iluminar la zona se utiliza un modelo Akari 1A de Vitra, una pequeña lámpara de sobremesa con pantalla de un exquisito papel. Para el espacio de cata se utiliza el modelo 10A, de la misma serie, y juntas generan un espacio acogedor que solo puede mejorar con un buen vino.
Siguiendo con las metáforas, la iluminación del techo se inspira en un gran racimo de uvas, para las que se siguen utilizando lámparas de papel, esta vez se trata del modelo Rice Shades Paper de HAY, que además de cumplir con su función principal, inundar de luz tamizada y teatral el espacio, logra adentrar al visitante en ese mundo de sensaciones cálidas y evocadoras tan enraizadas con la tierra y el disfrute social en torno a los vinos de autor.
En cuanto al mobiliario elegido, siguiendo la línea de todo el proyecto, se opta por piezas con historia y en cierto modo relacionadas con el mundo vinícola, sirvan como ejemplo las mesas de vendimia francesas que se ubican tanto en el espacio principal como en el backoffice.
Para la primera mesa se opta por sillas artesanas gallegas de madera, de la marca UnDo ReDo, y para la segunda, sillas populares gallegas de madera de eucalipto de los 70s, restauradas también por UnDo ReDo.
Se completa el espacio con el mencionado mostrador original del local, recuperado y restaurado para mantener con vida la magia genuina del lugar, donde el vino es producto, es historia y es inspiración.
Y es que ya se sabe, pocos y buenos ingredientes para hacer un buen caldo. Y para degustarlo, buena compañía y Asede.
¡Larga vida a Asede Abastos 2.0!
Fotografías realizadas por Roi Alonso.