Como diseñadores de interiores corporativos metidos a diseñar nuestro propio espacio de trabajo, nuestro estudio de interiorismo, teníamos una obsesión, la misma que tiene cualquier otro empresario, trasladar nuestro mensaje corporativo, nuestra esencia. Queríamos mostrar aquello que nos mueve. Deseábamos evidenciar que eres tú, querido empresario, quien guía nuestros pasos.
Pero, como ya sabrás, nuestra esencia tiene mucho que ver con la ausencia de esencia, valga la redundancia. Y eso queríamos mostrar en nuestra casa, que no tenemos estilo, que no queremos tener estilo, que ansiamos la ausencia de estilo, que mataríamos por carecer de identidad, o que esa fuera precisamente nuestra identidad. Que moriríamos por gestar diseños que pudieras adorar si y solo si fuéramos capaces de diseñar otros que pudieras odiar.
Esto, todo esto, queríamos decírtelo con hechos, con este proyecto. Con nuestro nuevo estudio en A Coruña.
¿Qué es lo que un interiorista puede hacer por ti, querido empresario? Convertirse en tu voz. ¿Cómo lo hacemos? Metiéndonos en tu piel. Adaptándonos a ti, a tu empresa, a tu mensaje. Olvidando nuestro estilo, tapando nuestra voz, ocultando nuestra piel.
Y eso hemos hecho. Nuestro estudio está sin acabar. No tiene piel y nunca la tendrá. Hemos diseñado una obra perpetua, un obra sin fin. Una obra, al fin y al cabo. Un ente muy familiar para todos nosotros, un estadio, una fase por la que todo empresario que pretende abrir un negocio, unas oficinas o cualquier espacio corporativo ha de pasar, pero que con el tiempo, con el fin de obra, tomará cuerpo y mostrará un mensaje lleno de atributos de marca o empresariales.
Pues bien, nuestra obra, nuestro estudio, nuestro lugar de trabajo nunca tomará esos atributos finales. Nunca mostrará su piel porque no la tendrá. La ausencia de piel es nuestra piel, será tu piel. Nuestro estudio está esperando tus necesidades, querido empresario, para solucionarlas.
Querido empresario, como muestra de respeto hacia tus intereses, este estudio de diseño interior es una obra… sin acabar.