En un Proyecto de Interiorismo, a pesar de que nosotros como profesionales proponemos e incluso decidimos, una de las decisiones que más les cuesta tomar a los clientes tiene que ver con la elección de materiales y acabados del proyecto, sea este de tipo comercial o residencial.
Es como si una suerte de peligro de no retorno se apoderase de sus mentes y bloquease su capacidad para extraer beneficios e inconvenientes de cada uno de los acabados presentados por el redactor del proyecto de interiorismo llegando a un punto de indecisión permanente.
Vaya por delante que una de las tareas del diseñador de interiores en este sentido es preseleccionar, informar y aconsejar al cliente en este sentido. Aunque siempre hay una última decisión que corre por su cuenta.
El abanico de posibilidades que el panorama actual nos ofrece, en constante evolución y con continuas salidas a mercado de nuevos productos, resulta prácticamente imposible de abarcar y conocer en su totalidad. No por ello debemos desesperarnos sino todo lo contrario, pero sí es importante tener en cuenta ciertos aspectos para tomar una decisión adecuada.
Pienso que algunos profesionales dedican mucho tiempo a empaparse con las últimas novedades en elementos constructivos, conocer profundamente sus características, posibilidades, combinaciones, etc. ¡Craso error!
Se hacen auténticos expertos en la materia, funcionando como enciclopedias andantes del mundo de los materiales de construcción. No existe en el mercado marca ni modelo que escape a su conocimiento.
Si bien entendemos esta práctica como necesaria, discrepamos en parte, puesto que alcanzar ese nivel de conocimiento requiere de una dedicación y tiempo que bien podría ser invertido en otros aspectos más capitales para la profesión en general y el proyecto de interiorismo concreto en particular.
Es por ello que no vemos esta forma de actuar como la más “inteligente” desde el punto de vista del Diseñador de Interiores, llamémosle, “total”.
En Iván Cotado Diseño de Interiores seleccionamos materiales o acabados constructivos en base a 3 premisas básicas, acotando y cerrando el círculo de posibilidades, resultando muchísimo más sencillo elegir la opción que mejor se preste en función del caso concreto.
Las 3 factores en base a los cuales seleccionamos materiales o acabados son:
Estética
El error más común entre los «no profesionales» es elegir acabados exclusivamente en base a la estética, descuidando los demás puntos que trataremos a continuación.
Es más, en ocasiones hay una gran parte de decisiones que se toman en función de la elección de ciertos acabados, condicionando la totalidad de un proyecto de interiorismo a la presencia de un material con “nombre y apellido” concreto. ¡Error grave donde los haya!
Recordamos que todo buen proyecto de arquitectura es aquel que alcanza un punto de equilibrio entre los aspectos estéticos, funcionales y estructurales. No nos cansaremos de repetirlo.
Uso
El comportamiento de un material o acabado en el tiempo depende en gran medida del uso. Un mismo material se comporta de forma diferente cuando se coloca como pavimento que cuando se coloca de revestimiento de alguna pared, techo o paramento del tipo que sea.
Es por ello que debemos tener muy claro cuál va a ser el uso de ese material y pensar cuales de las familias de acabados se adaptarán mejor a nuestro caso particular.
Es decir, si buscamos un material de pavimento que soporte un alto tránsito, los acabados cerámicos, pétreos, incluso pavimentos continuos de hormigón o microcemento alisado serían una buena opción. Por el contrario, las maderas, resinas epoxi y similares, no soportarían de igual modo ese tránsito elevado.
Mantenimiento
Cualquiera que sea el material por el que nos decantamos, debemos ser conscientes que la totalidad de productos del mercado requieren un mantenimiento, mínimo en muchos casos, pero nunca inexistente. Para nuestro caso particular, pensaremos qué mantenimiento estamos dispuestos a asumir y en función de ello elegiremos el material.
En ocasiones resulta interesante que alguno de los factores se anteponga al resto y cobre un protagonismo especial.
¿Verdad que cuando salimos a una cena de gala, principalmente las mujeres, os maquilláis de forma especial? A lo largo de la noche son frecuentes las visitas al baño para retocar ese maquillaje. Pero esa noche estáis espectaculares, imponentes. Realmente estamos asumiendo un alto mantenimiento por estar radiante. La ocasión lo merece.
Esto mismo sucede en el mundo del interiorismo. En ciertos proyectos tenemos la necesidad de que luzcan espectaculares, que “entren por los ojos”, que el componente estético sea protagonista aún a consecuencia de pagar un elevado precio en cuanto a mantenimiento.
En contraposición existe otro tipo de proyectos en los que el aspecto a la estética no prima por encima de la inversión en mantenimiento, que en muchos casos deviene en remodelaciones o sustituciones del susodicho material secuenciadas en el tiempo.
Básicamente esos son los aspectos en base a los cuales decidimos los materiales constructivos que elegimos para nuestros proyectos.
Estética, uso y mantenimiento no son los únicos aspectos a tener en cuenta a la hora de decidir un material o acabado en un proyecto de interiorismo, son los primordiales para nosotros, pero hay otros que también resultan de mucha importancia como el aspecto económico, aspectos ecológicos y un larguísimo etcétera que convertirían este post en interminable.
Si estás pensando en contratar a un diseñador de interiores te recomiendo que leas este artículo antes de decidir, y si piensas en abrir un local comercial empieza por aquí.
Imagen bajo licencia Creative Commons de Joshjanssen en Flickr