En resumen, partimos de una marca artesanal, muy enraizada en la tradición panadera y repostera de calidad y nos encargan trasladarla al futuro, actualizarla, hacerlo sin perder el foco y aportando la dosis exacta de modernidad que permita una diferenciación estratégica de la competencia.
Concepto estratégico
A pesar de que la marca ofrece varias líneas de producto y contempla la degustación en sus locales, optamos por simplificar el discurso focalizándonos en un mensaje conciso: «pan, sin más». No en vano en Panadería Carnoedo llevan 70 años haciendo pan de forma artesanal, con fermentaciones retardadas y masa madre, y eso había que resaltarlo. También influye la reducida superficie del local que nos obliga a focalizar para no diluir el posicionamiento estratégico de la marca.
Aun así se incluye la repostería y un formato singular de degustación de carácter rotativo, abriendo la panadería al exterior por medio de ventanales que se convierten en barras en las que degustar, de un lado y de otro, bollería, bocadillos y empanadas con cafés, tés y refrescos.
Una vez más adoptamos el form follows function (la forma sigue a la función). Y es que cuando hablamos de negocios y de inversiones económicas no podemos obviar los principios del diseño funcionalista, es decir, el diseño deber resultar útil para lograr objetivos empresariales. Se hace necesario pues, antes de diseñar, conocer la función que ha de ejercer este diseño que, tal como nosotros lo entendemos, no es más que una herramienta. Con mucho potencial, sí, pero solo una herramienta. No un fin en sí mismo.
El efecto estratégico de la degustación
De esta manera potenciamos dos factores fundamentales para el negocio. Por una parte la degustación ejercerá un efecto llamada hacia el exterior. Por otro lado, logramos abrir completamente el espacio a la calle facilitando la visualización de nuestro producto principal y ofreciendo una imagen honesta y transparente que, sobre todo en horario nocturno, causará impacto en el tráfico, tanto a pie como en coche, en una de las calles más transitadas de la ciudad.
En cuanto a la dispensación proponemos un espacio limpio y sencillo con las mínimas barreras jerárquicas entre personal y cliente. Para ello diseñamos mostradores ad hoc sin parte inferior (barreras) a los que añadimos el frío necesario para repostería y los compartimentos oportunos para una atención completa: caja, packaging y útiles ocultos. Para el espacio inferior y en la misma línea se diseña un mobiliario para dar soporte a producto de temporada sin interferir en el mensaje pretendido.
A la espalda la exposición, que nuevamente combina funcionalidad, pragmatismo comunicativo y otorga el máximo protagonismo al producto principal (pan y empanadas), mostrándolo por familias con una rotulación individual, realizada por una calígrafa profesional, y bajo una teatral iluminación indirecta.
En el exterior se diseña una fachada de alto valor comunicativo. Se combinan materiales y acabados acordes a la idiosincrasia de Panadería Carnoedo con la transparencia del vidrio y un multifuncional y acogedor espacio de degustación. El bastidor superior, que funciona como sotechado y otorga cobijo a los clientes que degustan en el exterior, integra a su vez el rótulo corporativo y se inclina levemente para facilitar su lectura en el sentido de circulación de la calle.
Para terminar de hilar el mensaje seleccionamos materiales nobles que reflejan la identidad tradicional y artesana de Carnoedo con acabados actuales que potencian la vocación innovadora de la marca. Disponemos madera de castaño, íntimamente relacionada con el carácter artesanal del negocio y muy arraigada en Galicia. Y la combinamos buscando contraste y sin diluir el mensaje con un material pétreo tan evocador y relacionado con el horno de pan como el ladrillo refractario. En un gesto que, además, nos permite huir de los manidos metales y cerámicos tan presentes en el diseño facilón tristemente habitual en el sector. Así, tanto en exterior como en interior seleccionamos un ladrillo cara-vista de acabado y diseño actuales, de tal forma que ahondamos de nuevo en tradición y modernidad a partes iguales.
Y para no restar protagonismo al producto disponemos por último un discreto pavimento continuo de microcemento, de fácil mantenimiento y alto carácter higiénico, que combina perfectamente con el resto de materiales aportando un elegante contraste de acabados y sensaciones.
El pan, rectifico, el buen pan, se amasa, fermenta y cuece a fuego lento. Sin prisas, con mucho mimo, cariño y dedicación. Aspectos que encajan a la perfección con la atmósfera teatral generada por la iluminación, con luces indirectas, difusas y vidrios retroiluminados que conforman un ambiente amable, cercano, relajado y que en todo momento se centra en exaltar las cualidades de un producto 100% artesano y de máxima calidad.
En resumen, diseñamos un espacio destinado a la dispensación de pan, empanadas, pastelería y repostería, que se complementa con un accesorio servicio de degustación dispuesto de forma diferente. Un espacio cuyo protagonismo recae en el pan, ni más ni menos que pan, el de toda la vida, y en unas empanadas gallegas que, tanto por sus particulares recetas como por su tradicional y por ello poco habitual masa, están llamadas a liderar el camino de la diferenciación estratégica que abandera este negocio.