La práctica totalidad de la producción se exporta. Fruto de ello, Cupa recibe en sus instalaciones clientes de todos los rincones del planeta interesados en conocer de primera mano el proceso de producción y las virtudes de la pizarra. Así pues, Cupa Pizarras decide dar un paso adelante y conformar unas instalaciones modernas y ambiciosas para recibir a sus clientes. Pero la nomenclatura, showroom, como veremos más adelante, se queda corta respecto a los objetivos planteados.
Configurando el espacio. El Claustro
Cupa es una empresa centenaria. Llevan trabajando en el sector pizarrero desde 1892, fusionando como nadie la tradición en un producto 100% natural y prácticamente sin procesado con la innovación por bandera en sus aplicaciones. Tradición-Historia e Innovación-Modernidad son un par de duetos que debíamos tener presentes y conjugarlos tanto con los objetivos estratégicos del diseño como con los detalles morfológicos del espacio físico disponible.
Buscábamos una metáfora arquitectónica, de esas que tanto nos gustan, que nos sirviera de vehículo para contar de forma sutil y funcional nuestra realidad, pasada y futura. Y la encontramos en el pasado. Y nos la llevamos al futuro. Un claustro.
Jugando con esta metáfora articulamos vistas y recorridos en torno a un espacio central que conformamos simulando un claustro, con su patio (zona central) y su galería (recorrido perimetral de acceso al espacio). Un claustro actualizado que debe recordar el pasado sin perder de vista el futuro al que siempre mira la empresa pizarrera.
Esta forma de conceptualizar el espacio nos permite lanzar el mensaje estratégico adecuado y salvar de forma coherente la diferencia de altura existente entre la zona de acceso y el resto de superficies, además de esconder un giño a uno de los edificios modernos más trascendentales para la historia de la arquitectura, el Guggenheim de Nueva York del inigualable Frank Lloyd Wright.
A lo largo del desarrollo descendente de nuestro particular claustro, que cerramos al exterior para controlar la experiencia, vamos mostrando la historia de la empresa en pantallas que se iluminan con detectores de presencia y dejamos entrever el patio central entre pilares de roble.
El Patio Central
El recorrido desembarca en un espacio central de geometría cuadrangular al que, por seguir con la similitud, podríamos denominar patio. Aquí todo encaja a la perfección. Dejamos constancia del gusto por los detalles, la precisión y la meticulosidad de Cupa.
Habitual en la parte central de los claustros eran las fuentes y la vegetación. Naturaleza que representa como nada los valores de la pizarra: sostenibilidad, ecología, pureza… Metáfora de la que nos volvemos a servir para actualizar el mensaje de Cupa.
Nuestro espacio central no lo preside una fuente sino una vegetación particular, el Árbol Cupa. Un árbol de pizarra con un ramaje que coloniza el espacio superior del patio central y en cuyo tronco, de sección pentagonal, se graban a fuego los 5 valores fundamentales de la empresa en diversos idiomas que reflejan su carácter global: honestidad, esfuerzo, austeridad, vocación de liderazgo y compromiso.
La sala de proyecciones
Además de su funcionalidad inherente, el INteriorismo EStratégico® se caracteriza por la utilización de los espacios para comunicar la esencia y los valores de las empresas, y la sala de proyecciones no podía ser menos.
CUPACLAD® es un innovador sistema de fachada ventilada en pizarra natural patentado por Cupa Pizarras. Posee las mismas ventajas que la pizarra natural para cubiertas y nos permite la utilización en fachadas. Nos servimos de la sala de proyecciones para forzar la utilización de este sistema en situaciones límite de manera que el visitante se empapará de su tremendo potencial.
El lounge
El lounge se plantea como un espacio de relajación en mitad del recorrido de descenso a través del claustro. Lo ideal hubiera sido disponerlo al final pero la morfología del espacio lo hacía imposible. Así que lo cerramos con una mampara de vidrio traslúcido que insinúa su presencia y se abre al invitado al final de la visita.
Puesto que se trata de relajar al visitante, rompemos con las anteriores sensaciones con una discontinuidad cromática utilizando los colores corporativos e introduciendo un elemento contundente que rápidamente protagoniza el espacio: una barra de formato poligonal en pizarra que simboliza el rachón que tan presente tenemos los nacidos en Valdeorras.
Y ahora que nos estamos relajando ya sí nos abrimos al exterior. Rematamos la escena con un cuadro. Un cuadro natural. Una ventana a la montaña que tanto nos ha dado.
Los vestuarios. El lugar menos esperado para ganarse a un cliente
La experiencia completa de este espacio concluye en la visita a una cantera. Pero las condiciones de seguridad para visitar una cantera de pizarra son estrictas y requieren cierta preparación en cuanto a indumentaria: botas de seguridad, chaleco reflectante, ropa de abrigo… Consecuentemente, antes de partir, el visitante ha de pasar por la zona de vestuarios y prepararse.
Es en ese momento, cuando el cliente se encuentra relajado, solo consigo mismo o con sus compañeros de experiencia, en un entorno personal donde no se espera mayor atención… Es en ese instante cuando aprovechamos para sorprenderlo de forma definitiva. Esta era una de las premisas del proyecto: sorprender, ir un paso más allá, mostrar nuestra vocación de liderazgo.
Siempre hemos creído en el potencial emocional que tiene la aplicación del diseño como respuesta a necesidades habituales, pero si hay lugares donde el impacto resulta, si cabe, mayor, es en aquellos donde no te lo esperas, por ejemplo en un vestuario. Un espacio donde te desnudas literal y metafóricamente y donde más agradeces la «compañía» en forma de detalle.
Cuando el visitante entra en el vestuario se encuentra una butaca-armario totalmente personalizada con su nombre retroiluminado y su indumentaria preparada. Esta pequeña-gran experiencia simboliza el sentir de Cupa, una compañía que no vende, sino que mima y ayuda a comprar a sus clientes. A veces la comunicación más impactante se logra con pequeños detalles. Este es un ejemplo.
Pero hay más todavía. La escena resultaría incompleta sin nuestra montaña. Abrimos un nuevo cuadro-ventanal de suelo a techo con nuestra imagen de cabecera, nuevamente, Valdeorras, el valle, el río Sil… nuestro origen y nuestro fin. ¡No me digan que no es espectacular la escena!
En esos instantes en los que el visitante se pone las botas mientras se encuentra relajado en su butaca personalizada podrá contemplar Valdeorras, la montaña, el origen de todo, nuestra historia, la historia de Cupa. En ese preciso momento podrá interpretar el mensaje y encontrar por sí mismo el porqué de todo esto.
Hemos proyectado un espacio cuya máxima finalidad no es vender o mostrar un producto, sino contar una historia, de forma que no habrá otro igual. Hemos proyectado un soporte para generar una óptima experiencia del cliente. Hemos sido honestos y comprometidos con nuestros valores porque pretendemos liderar un cambio en la forma de hacer negocios. Hemos tendido la mano para hacernos amigos… en Valdeorras.