Comenzando por la elección del local comercial idóneo. Un espacio en esquina en la zona hostelera más «caliente» de la ciudad, plaza de la Cormelana esquina con San Andrés. Sacrificamos superficie en favor de ubicación y una estratégica terraza cubierta.
Sin embargo, a pesar de los escasos 60 metros aprovechables en la parte delantera, los objetivos son ambiciosos. El modelo de negocio exige una capacidad mínima de comensales, además de dar cabida al servicio take away y posicionar la marca Koh Lanta en competitivo sector del casual food. Una especie de evolución del fast food hacia la calidad y la salud.
Koh Lanta toma su nombre de una isla tailandesa. Sin embargo la cocina que se servirá en el restaurante es viajera y abarca todo el sudeste asiático. La propiedad nos marca 3 caminos a representar con el interiorismo: protagonismo de la cocina, marcados rasgos asiáticos y una experiencia del cliente centrada en el disfrute primitivo de la comida en Asia, es decir, el street food.
El INteriorismo EStratégico de Koh Lanta hasta donde se puede contar
Una de las grandes premisas, no solo en Koh Lanta sino en todo negocio, es contar con dos atributos tan básicos como la funcionalidad y la versatilidad.
La carpintería exterior de madera que da cobijo a los diferentes usos internos (camareros) y externos (clientes) es un buen ejemplo de funcionalidad y multiplicidad de funciones. En este caso, la carpintería que da a fachada (SW) funciona como cerramiento de seguridad, cartel con oferta gastronómica y ventanal de salida de comandas/servicio para camareros.
Asimismo, diseñamos un mallazo de varillas de acero que nos permite huir de la persiana convencional que desvirtuaría el mensaje del restaurante. Aporta seguridad cuando el local está cerrado, intimidad en zonas estratégicas con el local abierto y, en todo caso, evidencia una personalidad singular, cuidada y desenfadada del concepto gastronómico que encierra.
Natural y saludable. Otro binomio de atributos a destacar en Koh Lanta y que, obviamente, deben verse reflejados en el diseño del restaurante. Y aquí es donde echamos mano de una crucial herramienta que utilizamos en todos nuestros diseños: la metáfora constructiva.
¿Hay algo más natural que la madera y la vegetación? Fachada y terraza, en madera, hierro y llenas de vegetación, constituirán un efecto reclamo en el enclave estratégico que ocupará Koh Lanta dentro de la ciudad.
Se trata de una declaración de intenciones, poco más hay que explicar a los visitantes cuando ven el conjunto exterior y el nombre del local, Koh Lanta. Se hace patente que vas a comer fresco (vegetación), natural (madera), original (de origen: madera de bambú) y con ciertos toques desenfadados y gamberros (hierro, soldaduras).
Por último, no debemos olvidar la representación de la identidad asiática del restaurante. Muchas veces la explicación al buen funcionamiento de un negocio, en apariencia, básico, es su identidad. Es sumamente importante reflejar la verdadera identidad de un negocio en el interiorismo del mismo. Es una muestra de coherencia y es vital para el convencimiento y la satisfacción del cliente.
Asia debía protagonizar el espacio. Definimos una estética interior que trata de evocar la naturaleza virgen y bucólica de postal de viaje a Tailandia, por ejemplo, pero huyendo del lujo y acercándonos al street food.
Utilizamos la madera más humilde posible, pino del país, para zonificar las distintas funciones del restaurante: sala, cocina, cuarto de sucio, barra, almacén y baños. Generamos ventanales ficticios a la naturaleza virgen que queremos evocar en la pared medianera, utilizamos para ello un papel pintado con motivos naturales. El pavimento, de hormigón pulido y teñido en tonos beige, simula la arena de esas playas que todos tenemos en la retina. La paleta de colores, puramente asiática, completa la selección de materiales y acabados en sala.
Y en cuanto a la iluminación, verdadera protagonista del diseño y la identidad del restaurante, reforzamos el mensaje con una característica suelta de farolillos voladores simulados, que en este caso forman parte de la iluminación de sala y han sido diseñados y fabricados a mano para la ocasión. Gracias a un falso techo de melamina negra alto brillo logramos un espacio infinito sobre el que se reflejan los farolillos iluminados y conseguimos plasmar la que es, quizá, la imagen más evocadora de Tailandia y la más fotografiada del restaurante.
Las velas de adoración al Dios de Koh Lanta, presente en su altar preferencial, junto a los farolillos y una cálida paleta de colores, generan una escena mística que refuerza nuestra verdadera identidad a la vez que resuelve el espacio de forma práctica y funcional.
Aprovechamos e integramos los pilares existentes en el espacio original, generando un elemento evocador más: los árboles tropicales. Colosales estos, de fuerte presencia. Y en la misma madera utilizada en el resto de la propuesta.
Y finalmente, en los baños de Koh Lanta vuelve la selva virgen. Disponemos piedras apiladas que sostienen un lavabo, también de piedra, y paredes con motivos florales realizados en fresco por una artesana sobre el mortero teñido en verde. Y el agua que no sale por un grifo metálico, sino por un caño de bambú natural.
En Koh Lanta se respira Asia, identidad oriental a raudales en un restaurante de calidad que busca la alta rotación en torno a una cocina abierta, protagonista y viajera, que pretende acompañarnos en un evocador viaje con el street food del sudeste asiático como guía.