Solemos decir que «el buen diseño no es caro, el malo sí». Pero en esta ocasión te vamos a contar una experiencia propia y real que pone de manifiesto, y cuantifica, la influencia directa del diseño interior en la cuenta de resultados de un negocio, en este caso, de un restaurante. Puedes extender el efecto a cualquier tipo de negocio. Si no es este error será otro, pero si algo has de sacar de este texto es que los errores de diseño en negocios cuestan mucho dinero al empresario.
De forma clara y razonada observarás a qué (y a cuánto) nos referimos cuando decimos que un buen interiorista te puede salir muy barato, y un mal interiorista, o la ausencia de interiorista, puede ser la decisión menos rentable que hayas tomado en tu vida.
Todo es diseño, desde la elección del color de una silla hasta la configuración de la sala para optimizar el número de comensales de un restaurante y el trabajo del personal. Pasando por el tipo de suelo, iluminación, climatización, decoración, cocina, campana extractora, forma y disposición de la barra, atuendo de camareros, mantelería, cubertería, vajilla, etc, etc. Lo que ocurre es que no todo el diseño es bueno, o no todo el diseño está orientado en la dirección correcta. En ocasiones el diseño, en nuestro caso diseño interior, te hace ganar dinero y en ocasiones te hace perder dinero.
La neutralidad no existe en este aspecto. Si vas a abrir un negocio solo tienes dos opciones, apostar por un buen diseño interior o no apostar; lo primero te hará ganar dinero, lo segundo te hará perder dinero. No es posible pasar palabra. No elegir buen diseño es elegir mal diseño, y, en consecuencia, perder dinero. No apostar por tu negocio es apostar por la competencia. Te lo demostraremos a continuación con un caso real. Y cuantificaremos el dinero que podrías perder cada día por haber elegido un mal diseño interior.
El caso que te voy a contar ocurrió en un restaurante real, de cuyo nombre no quiero acordarme, de una ciudad real, de cuyo nombre prefiero no hablar. El restaurante, de reciente apertura, está muy bien ubicado. Digamos que está en LA calle. Es nuevo, está de moda, y su tipología de producto/comida también. Lo tiene todo para tener éxito, y de hecho lo tiene. Pero, ¿podría tener más éxito? ¿Se podría prolongar en el tiempo su éxito? ¿Se podría optimizar la inversión realizada, es decir, podría resultar (más) rentable? Obviamente, la respuesta es un triple sí.
Cuánto y cómo el diseño interior te hace perder (ganar) dinero en tu negocio
A tenor de lo mucho que aprendemos formando parte activa del Movimiento Incitus, la operativa, la que se puede ver, tiene alguna que otra inconsistencia. En todo caso, aparentemente, nada que impida su generosa popularidad actual. Lo que ocurre es que en ocasiones el éxito se comporta como la más opaca de las lentes, le nubla a uno el pensamiento, aletarga sus alertas primaras y le debilita en la feroz lucha del business. La única consecuencia segura de un planteamiento perfecto —insisto, perfecto en apariencia— es la ausencia de margen de mejora. Cuando en realidad siempre la hay.
Vayamos al grano. Observa la imagen superior. Sobre todo el perfil metálico vertical señalado con una flecha roja.
Para entender mejor el efecto lo simplificaré aislándolo del resto. Solo te hablaré del caso concreto de dos mesados altos como el de la imagen, «de esos con taburetes altos en los que la gente tarda poco en comer» —comentario más que habitual en el sector—. Dos mesados de este tipo se disponen longitudinalmente en la parte central de la sala, entre la barra (con otro clamoroso error en el diseño del sobre que dificulta el trabajo de los camareros) y una hilera de mesas bajas.
Como digo, para simplificar nuestro estudio reduciremos toda la problemática de la sala a estos dos mesados, a los que en lo sucesivo denominaremos barras, que están (mal) diseñadas con una capacidad de 8 comensales cada una, es decir, en total, tienen una capacidad de 16 pax.
Cuando yo llegué al restaurante con mi pareja (2 pax) ambas barras estaban ocupadas por 4 personas cada una: 8 pax en total. Una pareja en cada extremo de cada barra, tal como se puede apreciar en la imagen que representa una de las barras. 4 pax comiendo y muchos esperando. Es decir, ambas barras estaban al 50%, y sin embargo tuve que esperar durante hora y media a que una pareja acabara de cenar y se levantara. ¿Por qué no pudimos sentarnos en las plazas libres? Por el (mal) diseño de las barras.
Te propongo que vuelvas a observar con detenimiento la imagen superior. Intenta encontrar el problema —está claro, ¿no?—, y sobre todo busca una solución. Siempre la hay.
El tiempo pasaba y las parejas cenaban tranquilamente y disfrutaban de su noche de sábado bajo un ruido atronador —otro error de diseño. Porque la educación no hay quien la cambie—. Se hizo tan tarde que tan solo pudo sentarse otra pareja, además de nosotros. Es decir, en el pase de noche de un buen sábado, en las barras tan solo pudieron cenar 12 personas. ¿Por qué? Repito: por la falta de flexibilidad generada por el (mal) diseño de las barras.
Fíjate en la flecha roja. El perfil metálico vertical que sustenta las baldas superiores decorativas impide que la barra la puedan ocupar, por ejemplo, 3 parejas independientes de forma cómoda con un mínimo de separación e intimidad. Incluso, con 30 cm. más, podrían ocuparla 4 parejas. Sin embargo con este diseño, si queríamos cenar, habíamos de hacerlo codo con codo con dos extraños. Una vez más nos topamos con un diseño entendido como un mero recurso estético, cuando los objetivos empresariales debieran prevalecer: «Diseñamos interiores. Creamos negocios». Quizá ahora se entienda mejor nuestro lema.
Como resultado de una pésima decisión de tintes únicamente estéticos (luego demostraremos que estructuralemente se podía haber solventado de otra forma mucho más rentable para el restaurante), las plazas de al lado de los perfiles verticales están continuamente sin ocupar, salvo que el grupo sea de 3 o 4 personas.
Estas barras, en una noche de sábado, debieran haber completado como mínimo una rotación completa. Debieran haber cenado en ellas 16 pax en cada turno, esa es su capacidad. Es decir un total de 32 personas, cuando no más. Si suponemos una merma por adaptabilidad de grupos del 20%, 25 personas debieran haber cenado allí el sábado, y tan solo cenaron 12, menos de la mitad.
¿Cuánto dinero pierde tu negocio por un mal diseño? Este restaurante pierde 1.000 €uros semanales https://t.co/mKky5GhlC5 pic.twitter.com/CqRp0zlB0c
— Iván Cotado (@ivancotado) 18 de octubre de 2016
El restaurante dejó de facturar a un potencial 53% de clientes solo por el (mal) diseño de las barras, y en un solo pase. Si estimamos un ticket medio de 20 € por comensal —dato objetivo al dividir mi cuenta por 2—, la gracieta del (mal) diseño interior generó unas pérdidas de ingresos de 272 €. Insisto: solo por el mal diseño de las barras, y en un solo pase. A esto habría que sumar el plus de tiempo que invierte un camarero al levantar su bandeja de un sobre mal diseñado multiplicado por cientos de veces que lo hace al día, una deficiente comunicación con cocina y tantas y tantas otras decisiones equivocadas que se tomaron en este (mal) diseño. Pero ciñámonos a las barras.
Solo por el (mal) diseño de las barras este restaurante dejará de facturar 56.000 €/año, algo más de 1.000 euros semanales. Esto es el resultado de multiplicar la pérdida del pase del sábado por dos pases (comida y cena) y por solo dos días a la semana, que estimamos que el restaurante estará completo. En el resto de días, en principio, si el restaurante no está completo, esta errónea decisión tendría menos peso. Es un cálculo bastante optimista, pienso que el restaurante realmente está perdiendo mucho más dinero.
¿Solución? Fácil: un buen diseño interior
Quisiera insistir en que estamos reduciendo un (mal) diseño a una pésima decisión, en este caso en el (mal) diseño de un par de barras. Pero es importante recordar que en un Proyecto de INteriorismo se toman cientos de decisiones. Si todas van mal encaminadas, motivadas por simples requerimientos estéticos, podemos imaginar que la cantidad de dinero que está perdiendo este restaurante a diario es mucho mayor de la comentada.
Sin embargo, si el prisma empresarial hubiera estado claro, la decisión para solucionar el problema estructural en cuanto a las baldas decorativas sobre las barras hubiera sido muy sencilla: en vez de apoyar el perfil vertical en el suelo, podría haberse colgado del techo.
Y digo más, si el prisma es el adecuado, quizá, incluso, esas baldas superiores pudieran resultar prescindibles si no se les otorga ninguna otra función. Normalmente la estética por la estética no ofrece ningún beneficio al empresario. Sin embargo, la funcionalidad suele resultar infinitamente más bella y objetiva, además de rentable.
Los sueldos en hostelería son tan dispares como el blanco y el negro, color por cierto muy utilizado, también para pintar. Muchas de las decisiones de diseño de un restaurante, y casi cualquier negocio, giran en torno a la funcionalidad y la operativa diaria en aras de facilitar el trabajo del personal e incluso optimizar su cuantía. Supongamos un sueldo medio, ruego me disculpen, de 15.000 €/año. El restaurante del sábado bien pudiera haberse ahorrado un trabajador de haber optimizado las circulaciones internas.
Estaríamos pues en unas pérdidas anuales de algo más de 70.000 € provocadas por un (mal) diseño interior. Y vamos a dejarlo aquí, no sin antes recordar que estas pérdidas solo corresponden a 2 fuentes de error. Las decisiones tomadas, para bien o para mal, en un Proyecto de INteriorismo se cuentan por cientos. No tienes más que extrapolar y verás lo que te estás jugando con el diseño interior de tu negocio.
Y ahora, una vez fundamentado, permite que me despida con la frase del inicio:
Buen artículo. Gracias por tu aportación al diseño de interiores.
Hola Pepa,
Gracias a ti por pasarte a leernos y comentar. Esto es una labor de todos, uno escribe, otro lee, otro comparte y difunde, otro comenta a la hora del café… Todo vale con tal de trasladar el mensaje de valor que hay detrás de un buen interiorismo.
Por tanto, gracias a ti Pepa.
Un saludo.
Gracias por este artículo. Me ha parecido treméndamente didáctico y muy aplicable a la relación con los clientes, a como traducirle el diseño en lo que realmente le importa: productividad, dinero e imagen. Ciertamente me parece un diseño incómodo incluso para el uso de un grupo de 8 amigos, y en parte creo que se debieron dar cuenta, pero no del todo (algo extraño) cuando suprimieron ese montante en el otro lado de la mesa. Como decís, bien podrían haber colgado esas bandejas del techo o incluso haber realizado un curioso diseño de cercha arriba. Error de bulto… olvidar la funcionalidad. Y a este respecto… ¿nos podrías contar el otro error de bulto que comentas de la barra de camareros? Gracias por compartir estas enseñanzas.
Gracias a ti Rubén, por leernos y por pasarte a comentar.
La verdad es que me parece un tema de lo más importante. Se trata de trasladar al cliente que el interiorismo no es (solo) belleza. Es mucho más. En este caso dinero. Simple y llanamente el interiorismo les puede hacer ganar, o perder, mucho dinero.
Lo de la otra barra es simple, un sobre en el que no se puede apoyar una bandeja en horizontal sin riesgo de balanceo o vuelque. Una muestra más de que no se estaba pensando en funcionalidad, no se tuvo en cuenta el modelo de negocio ni se pensó en el trabajo del personal.
Este error en las barras es más que habitual, a veces los camareros lo solucionan con una bandeja invertida para elevar la superficie de apoyo de manera rudimentaria, pero en este caso ni eso era posible.
Solo tiene que gustarte tu trabajo y, con un poco de curiosidad, ves estos y otros errores repetidos en muchas actuaciones. Aprendes y avanzas. Algunos. Otros no.
Un saludo Rubén.
De nuevo muchas gracias Iván, tomando tu ultima frase, nos ayudas a aprender y avanzar 🙂
De todo se aprende. De hecho no hay mejor maestro que la curiosidad y observación. Si te toca esperar 2 horas por una mesa que está casi vacía, piensas, y rápidamente caes en la cuenta.
Un saludo Rubén.
Errores que cuestan caros , mis felicitaciones ,buen articulo , no hay nada como ver la paja en el ojo ajeno, para ser consciente de esas equivocaciones .
Saludos
Gracias por pasarte y dejar un comentario Mª Ángeles.
La verdad es que errores cometemos todos, pero unos salen más caros que otros. Sin embargo todos son cuantificables.
Quién sabe, quizá hagamos una serie de esto 😉
Saludos.
Excelente articulo.
Gracias.
Y gracias por pasarte y comentar.
Saludos.
Impresionante artículo!!!….. y como bien dices sólo «rascando» la superficie del problema, sin entrar a profundizar en mas errores (si los hubiera), me parece un gran y buen análisis. Enhorabuena por éste y otros artículos, de los cuales saco buenas ideas, conclusiones y errores…
Gracias por tus palabras Pablo.
Y gracias por pasarte y dejar tu comentario.
Un saludo.
Ivan Cotado es uno de los Diseñadores que más admiro, a pesar de encontrarse al otro lado del planeta. No puedo hacer un comentario más extenso todavía… espero que en breve. Solo adelantarle que soy una persona jubilada hace 5 años, tiempo en el cual he podido cumplir el sueño de terminar estudios sobre Interiorismo en mi país y actualmente haciendo mi proyecto de grado; además de otros 2 títulos anteriores. Es decir… estoy haciendo ahora algo completamente diferente a lo usual. Cordiales saludos, Marite
Vaya, mil gracias por tu comentario y por tan generosas palabras.
Admiro lo que has hecho. Demuestras un amor por la profesión que no es nada habitual. Enhorabuena.
Saludos cordiales desde el otro lado del charco 😉
Hola Iván, soy interiorista recién formado, Master en una escuela que ha servido para girar mi vida profesional. Aún no he hecho realidad ningún proyecto. Tus artículos son inspiradores 😉
Sobre este caso me viene a la cabeza 3 cosas:
1.- Al diseñar un espacio interior considero FUNDAMENTAL conocer los patrones de conducta de sus habitantes/usuarios.
2.- Pienso que en el proceso creativo de un diseñador de interiores es el menos común de los sentidos el que valida las ideas.
3.- Para algunos ‘interioristas’ hablar de Neufert es referirse a algún complejo vitamínico 😉
Es solo una sencilla reflexión, gracias por tus artículos.
Hola Chemari,
Gracias por pasarte y dejarnos tu comentario.
No puedo añadir mucho, solo decir que estoy completamente de acuerdo hasta en la última coma.
Neufert? Neufert? Neufert? Sí, ya lo tengo… No era un atleta alemán?
😉
Un saludo.
La estetica y la funcionalidad….. gran dilema perfectamente descrito en este artículo.
Muchas gracias por el blog,
Los profesionales debemos aplicar aquello de la «justificación creativa».
Un abrazo
joséAGplasencia
Gracias a ti por pasarte y comentar Jose.
Un saludo.
Un buen diseño de interiores ,para un negocio, aporta sin perjuicio de una estética y funcionalidad vital ,una rentabilidad difícil de alcanzar con otras técnicas y/o materias.Y este artículo representa un ejemplo rematadamente objetivo de ello , y aunque suene lógico….no es tan popular como debería.
Para la gran mayoría de las personas ajenas al mundo del interiorismo , valga un servidor, percibimos esta ciencia como un servicio «elitista» que aporta meramente un plus de belleza a un determinado escenario….Nada más lejos de la realidad….
Basta con leer un poco sobre interiorismo ,para darte cuenta ,de que es una de las inversiones más fáciles y rápidas de amortizar, pues desde el primer minuto que abres tu negocio percibes como capta y atrae ,facilita,diferencia, ,fideliza ,y un largo etcétera más.
Enhorabuena por el artículo Sr. Cotado!!!!
Gracias por tu comentario Guillermo,
Qué más te puedo decir a ti. La verdad es que no tengo nada que añadir, los has expresado mucho mejor que nosotros. Lo único que me queda es encargarte el próximo artículo para el blog 😉
La verdad, como bien dices, es cierto que gran parte de la población sigue viendo el interiorismo como un servicio elitista. También es cierto que así era hace 20 años, y lo sigue siendo para algunos. Pero en general, hoy día, nada más lejos de la realidad.
Algunos nos encargamos desde nuestra humilde atalaya de rebatirlo y concienciar de lo contrario. Pero lo más triste de todo es que hay otros, en ocasiones dentro de organizaciones representativas, que siguen empeñados en trasladar lo contrario: normativas, obligaciones, reservas, bellas decoraciones, etc, etc.
En fin, nada con lo que no podamos lidiar.
Un saludo Guillermo.
Seguimos trabajando 😉
Pues mira, no se si soy capaz de escribir una entrada en tu blog ,pues el pabellón de la elocuencia y la retórica lo tenéis muy alto ,pero me encantaría hacerlo solo para exponer otra merma de conocimiento popular, insisto desde la mirada ignorante, que consiste en la diferencia abismal que existe entre el decorador que te acompaña a comprar muebles caros y te sugiere materiales y acabados de la misma índole económica , y lo que un arquitecto de interiores supone….que es más bien conseguir un escenario espectacular ,con materiales y procesos mucho más económicos de lo que aparentan ser. Con un puzzle de piezas de cartón sois capaces de construir un mural que parece conformado con sequoia …y esa es la magia del interiorista….. «conseguir lo máximo con lo mínimo».
Un saludo y buen fin de semana!!!!
Guillerno, en total confianza, y en serio te lo digo, ponte a ello. Será un placer y un orgullo publicarlo.
Espero que podamos pagar tus royalties 😉
De primeras, y siendo como es la primera vez que aporto algo en este blog, enhorabuena no solo por este artículo, si no por el blog, aporta reflexiones diferentes a lo que se suele leer en otras foros sobre interiorismo, no se pone el acento en el diseño en sí, si no que siempre busca el maridaje entre este y la funcionalidad de este, “diseñamos interiores, creamos negocios”. Siempre he pensado que es algo fundamental en cualquier ejercicio de diseño que no se quiera quedar más que en eso, en un ejercicio de diseño y que tenga la intención de algo más, de ser útil. Ciertamente desde mi humilde opinión no entiendo ese “diseño” si no es como una simple “exposición de arte”.
La estética y la funcionalidad …. gran dilema, pero que están obligados a entenderse.
En primer lugar Miguel, muchas gracias por tu reflexión, con la cual es evidente que coincido plenamente.
Pero sobre todo gracias por dar el paso y animarte a comentar en el blog. Es bueno para todos, para ti y para mi, resulta obvio. Pero sobre todo, y ese es el mayor beneficio para todos, es bueno para el INteriorismo que promulgamos algunos.
Tenemos que hablar más de este INteriorismo. Entre todos, hablando, comentando, compartiendo, discutiendo… tenemos que trasladar el mensaje de «utilidad» del INteriorismo a la gente.
Como decía en un anterior comentario a Guillermo Agulló, todavía hay mucha gente que alberga el concepto elitista del INteriorismo de hace 20 años. O lo que es peor, aquellos, que son muchos, que creen que colgamos cortinas, pintamos paredes o colocamos sofás… una simple banalidad estética. Lamento ser tan simplón, pero cuando llevas años pegándote con la realidad te das cuenta de que así nos ven.
Insisto. Hablemos de INteriorismo, gritemos lo útiles que podemos llegar a ser. Enoblezcamos esta preciosa profesión.
Un saludo Miguel y gracias por pasarte.
Para que algo funcione y funcione bien, todas piezas juegan un papel importante y todas necesitan de ellas. Al igual que en otros casos y en éste No es un caso especial, funcionar, significa saber seleccionar no solo el qué sino quiénes tendrían que intervenir en el diseño. Estamos hablando de un producto.
La escena principal se desarrolla alrededor de un objeto que nos tendrá que aportar la necesidad y experiencia demandada por el usuario y por el cliente. Si queremos que nuestro producto funcione hay que entender el entorno, la psicología y los objetos que lo unifican.
No solo tiene que intervenir el interiorista, en estos casos necesita de un diseñador industrial o de producto, ya que éstos, nunca dejan nada al azar sin estudiarlo antes. Los espacios que no funcionan no solo no funcionan por su aspecto exterior sino por su contenido, la elección de este y cómo queremos que este espacio se utilice. En mi opinión, la unión hace la fuerza.
No cabe duda Álvaro, la unión hace la fuerza. Gracias por tu comentario.
Solo discrepo en una pequeña matización, el buen interiorista te puedo asegurar que tampoco deja nada al azar. De hecho, la mejor muestra es este artículo. A muchos no se le habría escapado este detalle en el diseño integral del restaurante y, más concretamente, en el diseño de esta(s) barra(s).
Esto no quiere decir que sobre un diseñador industrial en un proyecto de interiorismo de este tipo, el talento nunca sobra, pero estoy seguro que todos tenemos en mente mejores y más fructíferas aplicaciones.
Un saludo y gracias por pasarte.
Muy buen articulo, me agrado el análisis y los comentarios hechos al respecto del error de diseño presentado. Me sera de gran ayuda en futuros proyectos… gracias por los apuntes y observaciones.
Gracias a ti Eric, por leernos y por pasarte a comentar.
Un saludo.
Buenisima explicacion, eres un autentico… fenomeno. Lo unico que eres un maleducado faltando al respeto a quien hizo este restaurante sabiendo que es otro interiorista de tu ciudad y sabiendo todos que restaurante es. Esperemos que la panaderia de juan florez no tenga un solo error.
Mi querido «anónimo»,
Particularmente, la mediocridad, la cobardía y el corporativismo son cualidades que me exasperan de forma especial. Pero cuando se unen las tres me producen una curiosa sensación de pena y tristeza.
El primer dato acerca de este local lo aportas tú, sin decir con ello que estés en lo cierto. Hemos sido especialmente cautos, no hay nombres, no hay localizaciones, ni siquiera fotografías. Fíjate si nos tomamos en serio todo esto que hemos producido solo para este artículo una infografía.
Todo lo que hacemos, incluido este artículo por supuesto, lo hacemos con un fin constructivo. Solo el mediocre es incapaz de aceptar una crítica constructiva. Que yo sepa, nunca, y ya van más de 5 años escribiendo (seguro que te sabes el libro de memoria), más de 100 artículos; repito, nunca hemos faltado al respeto a nadie. Y oportunidades no me faltan. Pero esta también me la voy a saltar.
Soy un fiel defensor del error como parte del aprendizaje de cualquier profesión creativa, incluso del crecimiento personal. La única forma de no cometer errores es repetir, copiar o seguir el camino que otros ya han recorrido antes y eso, bajo mi humilde opinión, se contradice con la creatividad en lo más básico y elemental.
En casi todas las charlas o seminarios que imparto siempre dedico parte de los mismos a hablar de muchos de los erroes que he cometido, soy el primero que los acepta y valora como necesarios. Si lees con más detenimiento nuestro blog, cosa que seguramente haces, encontrarás afirmaciones tan tajantes como esta: «Como estudio de Interiorismo no hemos hecho más que cometer errores»; extraída de un artículo en el que nosotros mismos nos definimos como estudio. Seguro que lo has leído.
Así que no te tomes la molestia de buscar errores en nuestro trabajo, yo mismo te los serviré en bandeja para que puedas dedicar tu tiempo a cosas más constructivas, por ejemplo, a leer sobre ortografía y signos de puntuación.
Para terminar una de nuestras citas de cabecera, repetida hasta la saciedad en nuestros artículos. Según Niels Bohr, «un experto es la persona que ha cometido todos los errores posibles en una materia muy concreta». Y en esas estamos, cometiendo errores. Pero no te preocupes, cuando me hagas una crítica constructiva en tu web, con tu nombre y apellidos y sin esconderte, te estaré agradecido.
Bienvenidos los errores que nos enseñan a ser mejores. Seguro que has aprendido algo, deberías estar feliz. Lo malo no es errar, es no resolver.
Un abrazo, querido «anónimo».
Tu querido anónimo :
Saludos Ivan , que tal va el despacho de pan de juan florez !! O es cafeteria y obrador ? no controlo mucho de licencias para calcular el dinero que esta perdiendo por no abrir.
Un abrazo
La verdad es que salta a la vista que «controlar» poco. De lo contrario sabrías que, en primer lugar las licencias no son cosa nuestra, y en segundo lugar un diseñador de interiores suele tener poco que ver con los retrasos de obra. Cosa que, habitualmente, depende de la constructora. H a b i t u a l m e n t e
Nuevamente gracias por seguirnos con tanto entusiasmo. Estoy ansioso por leer tus comentarios cuando abra la tienda y te pases a evaluar el diseño.
Y digo diseño. DISEÑO, recuérdalo. Seguro que si te esfuerzas puedes leer entre líneas. Te recomiendo que no confundas ladrillos con escalímetros o barras de pan.
Y por cierto, mi querido fan, si quieres pasarte a la inauguración estaré encantado de saludarte. Podré conocerte al fin y quizá pueda explicarte con un croquis lo de la barra, que tanto te costó entender.
Será en 10 días. Ya sabes, en Juan Flórez. Con mayúsculas y con acento.
Gracias IVANCOTADO por este y otros artículos sobre INteriorismo EStratégico. Sin la intención de hablar sobre mí, sino por corroborar la veracidad de este y otros de tus artículos, me gustaría mencionar que soy Arquitecto de Interiores formado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectos de Madrid y que tengo 18 años de experiencia como camarero y director de restaurantes. Por esto doy mi tajante apoyo a todos y cada uno de los conceptos que transmites, debido mi diversa experiencia en la hostelería. En TODOS los restaurantes en los que he tenido el gusto de colaborar, me he encontrado con infinidad de impedimentos para facilitar el servicio a los camareros y resto de empleados que componen un equipo. Sin ir más lejos, en uno de los últimos que he trabajado como director, en plena obra (reforma completa) me encuentro con dos de mis compañeros de graduación. Después de la agradable sorpresa inicial, me llevo una mayor sorpresa (desagradable) cuando me dan acceso al proyecto en planos estando la obra a mitad de su consecución y me encuentro con la realidad de que en ese proyecto era más importante el color de las sillas, la belleza de las lámparas, la obsesión por poner el máximo número de mesas posibles y tantas otras cosas que sin ser menos importantes, eclipsaban la evidente importancia de la optimización de la funcionalidad del empleado en el desempeño de su trabajo. La respuesta de mis compañeros era que así lo había pedido el dueño. Por tanto diseñadores de interiores del mundo, no olviden que nos enseñaron en las distintas universidades que, cada vez que afrontemos la obra en un negocio que desconozcamos, nos informemos y hagamos un estudio detallado del mismo para así lograr la máxima eficiencia. Y eduquemos (con tacto) a esos clientes que NO saben como moldear y acariciar un interior para que este se acerque lo máximo posible a la perfección para el fin que va a desempeñar.
Muchas gracias otra vez, y también gracias a Orlando Cotado por su eficiente y delicada atención por email en cada una de mis demandas.
Hola Fer,
Gracias por tu detallado comentario. Está claro que no hay como la experiencia para recomendar las mejores decisiones de diseño. Por eso solemos decir a nuestros clientes que ellos son la mayor influencia en el proyecto. Son los que más saben de sus negocios y, por tanto, los que han de guiar nuestros pasos.
Nosotros solo traducimos el lenguaje empresarial en lenguaje arquitectónico.
Un saludo y gracias por pasarte.
Excelente articulo, yo en estos momentos estoy diseñando un restaurant, y mientras leia, iba analizando si estaba en lo correcto como estoy desarrollando el diseño interior. Hasta los momentos voy bien, pero sigo leyendo tus articulos. Si te gustaria ver como voy coméntame, saludos
Gracias por pasarte Lissette. Suerte con ese restaurante 😉