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Analizar la situación comercial de cierta zona de Madrid, y más concretamente lo que concierne al Diseño de Interiores en Madrid, me suscita la célebre frase de Alexander Graham Bell: «Nunca andes por el camino trazado pues te conducirá a donde otros ya fueron».

Y es que a pesar de que se comenten los mismos errores, año tras año, comercio tras comercio y tienda tras tienda, lo más sorprendente es que todavía confiamos en que, a nosotros si, nos irá bien.

Y yo digo… ¿Por qué a nosotros debería funcionarnos la misma (nula) estrategia comercial que ha contribuido a cerrar otros muchos negocios? Dame una sola razón para pensar que tú eres especial.

Decía Einstein:  “No pretendas que las cosas cambien si siempre haces lo mismo”. Observa la siguiente fotografía, aunque quizá todavía no la entiendas.

Un borrego en Fuencarral | Diseño de interiores en Madrid | Ivan Cotado Diseño de Interiores

Esta misma semana, esperando la hora para hacer una visita de trabajo en Madrid, me di un largo paseo. Mientras escuchaba buena música, una de mis grandes aficiones, pude disfrutar de una ciudad que me encanta. Siempre en ebullición, cambiante, sorprendente y en constante evolución.

Me sorprendió gratamente observar como una zona comercial que meses atrás desprendía cierto aroma de tristeza, hablo de Fuencarral-Chueca por tanto sitúa esta sensación en contexto, ahora parecía vivir una nueva y esplendorosa época con bastantes negocios/comercios en fase de apertura.

Quizá por deformación profesional curioseé un poco en los «nuevos» comercios madrileños pensando en ampliar conocimientos y detectar tendencias para futuros proyectos. Y a pesar de que hay que catalogar como buena noticia el nacimiento de un nuevo negocio, la sensación que me llevé fue bastante agridulce.

La conclusión en la inmensa mayoría de los casos que pude observar es que se está trabajando sin un objetivo claro. Disparando al cielo sin mirar por utilizar un símil.

Mucha pintura sobre acabados existentes, tapar, aprovechar y reponer sin ningún aporte, ausencia de toda clase de análisis y estudio ni del cliente objetivo ni de la competencia, obsesión por los resultados a corto plazo y por abrir las puertas del susodicho negocio, estridencias no sólo ineficaces sino contraproducentes, en definitiva, actuaciones sin sentido alguno que lo único que buscan es abrir un negocio como sea, quizá, debido a la pérdida de otras fuentes de ingresos. Y esto, sin quererlo, es el principio del fin. Me viene a la cabeza nuevamente una frase que todo empresario/emprendedor debería interiorizar:

«El bueno diseño es caro, el malo es más caro.»

Una posible explicación a este fenómeno pudiera ser la siguiente: La situación inmobiliaria actual permite acceder a locales comerciales en zonas que antes eran prohibitivas, otorgando de este modo a la ubicación del local comercial un peso presupuestario que condiciona el resto del negocio y estrangula partidas trascendentales como una inteligente estrategia comercial plasmada mediante una consecuente arquitectura interior de la tienda o comercio. Te recomiendo leer los dos artículos enlazados en este mismo párrafo.

Son tantos los errores de partida que engloba esta decisión que enumerarlos sería extenderme hasta aburrir. Si fuese tan sencillo rentabilizar un negocio, y por extensión una inversión, ¿no crees habría bastantes menos trabajadores por cuenta ajena?

Nada más que decir, simplemente que a estas alturas del partido y para no repetirnos mucho, resulta de vital importancia saber diferenciar entre lo que es un gasto y lo que es una inversión. No debes olvidar nuca que la finalidad de todo negocio es ser rentable, y para ello hay que invertir inteligentemente en maximizar los beneficios.

Por cierto ¿entiendes ahora la fotografía? Son borregos. Es una imagen bajo licencia creative commons de Javi S&M en Flickr.

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