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Decorador no, diseñador de interiores.- Es habitual que los profesionales demos por entendidos ciertos conceptos que, aun estando claros en el sector, y que algunos se empeñan en complicarlos pretenciosamente, no lo están tanto en la mente del cliente. Es el caso de la decoración y el interiorismo o diseño de interiores. No son lo mismo, a pesar de que nuestro colegio profesional se empeñe en hacer bueno el refranero español abarcando demasiado >> «Colegio Oficial de Decoradores y Diseñadores de Interiores«.

Diseño de apartamento con terraza en A Coruña

Mesado comedor con cuadros

Así define la Wikipedia diseño interior:

«El diseño interior es la disciplina proyectual involucrada en el proceso de formar la experiencia del espacio interior, con la manipulación del volumen espacial así como el tratamiento superficial.

No debe ser confundido con la decoración interior, el diseño interior indaga en aspectos de la psicología ambiental, la arquitectura, y del diseño de producto, además de la decoración tradicional«.

Está bastante claro. Decorar es solo una pequeña parte del proceso de interiorismo. El diseño de interiores contiene la decoración, es decir, un diseñador de interiores debería ser capaz de decorar. Sin embargo un decorador, propiamente dicho, no debería exceder sus atribuciones confundiendo su función.

El diseñador de interiores dispone el espacio adecuado para que el decorador cuelgue los cuadros, y aun así debemos supervisarlo

Basta con leer la primera frase de la definición que otorga la Wikipedia a la disciplina de decorador para darte cuenta de que la confusión es considerable, y como ya he mencionado en las primeras líneas, pretenciosa e intencionada:

«Se denomina decorador a la persona dedicada a diseñar el interior de oficinas, viviendas o establecimientos comerciales con criterios estéticos y funcionales.

El decorador planifica la distribución de espacios interiores junto a sus clientes presentándoles un proyecto acorde a sus necesidades, preferencias y presupuesto. En primer lugar, determina junto a su cliente el tipo de arquitectura preferida para el local, sus funciones y destino y el tipo de equipamiento a instalar».

Sin duda esta definición de la Wikipedia fue escrita por un decorador, y con pocas ganas de decorar con palabras a tenor de la extensión de la página en cuestión. Resulta significativo que defina un decorador como «la persona dedicada a diseñar el interior de…».

Un diseñador de interiores contiene un decorador

Un diseñador de interiores contiene un decorador, y esto no ocurre a la inversa. Alguien me dijo alguna vez que «el diseñador de interiores dispone el espacio adecuado para que el decorador cuelgue los cuadros, y aun así debemos supervisarlo». No creo necesario aclarar que el interlocutor era diseñador de interiores. Sin duda es una visión simplista de ambas disciplinas, pero creo que puede ilustrar de forma coherente el asunto.

La diferencia entre decoradores y diseñadores de interiores no está en el título, sino en el currículo

Yo diría que la decoración es la última parte del proceso llevado a cabo por un diseñador de interiores cuando este proyecta un espacio. Mientras el diseñador de interiores, tal como nosotros lo entendemos, tiene por fin generar una experiencia espacial eficiente en pos de unos objetivos del cliente, la etapa de decoración, la última, se encarga del proceso ornamental que coronará el diseño completo del diseñador de interiores de forma homogénea.

Lectura recomendada >> 3 razones para contratar a un diseñador de interiores.

Por supuesto que no son disciplinas excluyentes sino todo lo contrario, deben convivir y colaborar. Pero no confundirse. El objetivo de este artículo es simplemente aclarar los espacios y las fronteras, no generar rivalidades sin sentido. Sería como si dos extremidades de un mismo cuerpo entraran en discusión. Soy diseñador de interiores, pero también soy decorador, por tanto diseño interiores y también los decoro —no en todos los casos—. Cada cual que defina lo que hace, cómo lo hace, y sobre todo, cuáles son los resultados.

En cualquier caso, no soy muy de títulos. Pienso que no es necesario pasar por la universidad para según qué cosas. La universidad solo te ofrece unos pequeños mimbres para construir los cimientos de tu formación cuya responsabilidad final es personal, única e intransferible.

Por tanto, la diferencia entre unos y otros no está en el título, sino en el currículo. Por sus trabajos los reconocerás.

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