Lo que vas a leer a continuación es un extracto de Un lustro de Hinteriorismo (2ª edición; páginas 19-23). Con este desencuentro real justificábamos la necesidad de este libro y el principal problema del INteriorismo como disciplina.
Nos sentíamos solos y pedíamos ayuda. Y lo volvemos a hacer ahora. Pero esta vez tiene premio. Si llegas al final podrás conseguir un ejemplar del libro.
Madrid. Año 2012. En algún lugar de Fuencarral.
—Venís aquí. Me hacéis perder un día de trabajo. Me preguntáis mil cuestiones sobre el negocio y… ¿nada sobre el estilo de decoración que me gusta, colores o mobiliario?
Esto nos decía un cliente, que luego no lo fue, en una primera visita. Aquello fue la gota que colmó el vaso. Habíamos cogido el avión muy ilusionados. El proyecto, en plena crisis, parecía interesante. Pero la decepción estuvo a la altura de las expectativas. Salimos de allí indignados. ¿No nos habíamos explicado o no nos habían entendido? Quizá ambas.
Dejamos de trabajar por unos días. Las cosas no iban bien. El país se caía a trocitos. Los clientes (algunos) nos ninguneaban. Los colegas se perdían en guerras de precios y la sociedad abrazaba la falacia del low cost como si fuera el nuevo Mesías.
Algo tenía que cambiar. Nosotros debíamos cambiar.
Volvimos a trabajar unos días después. Recuerdo que era miércoles y llovía. Llovía mucho. Aunque eso no sorprende a nadie en Coruña. Tomando café en un triste y solitario bar de barrio el camarero nos espetó en su destartalado y sin embargo agradable dialecto balcánico-galego:
—E vosotro, ¿qué hasei de trabajar?
Por un momento pensé en decirle: «arreglamos negocios como el tuyo». Pero mi prudencia de serie y su sana curiosidad me hicieron recapacitar.
—Ayudamos a empresarios a que sus negocios funcionen mejor a través del diseño interior —le aclaré después de un largo sorbo al café que suavizó mi primera intención.
Aquel hombre arqueo las cejas, me miró con sus enormes ojos azules y haciendo gala de una enorme sinceridad, me dijo:
— ¡Ah! No sabía que el diseño sirviera para eso.
¡Zasca! ¡No sabía que el diseño sirviera para eso!
Ahí estaba la clave. Ahí sigue estando la clave.
Ese mismo día comprendimos uno de los mayores problemas del INteriorismo en este país: confusión y desconocimiento. Ese mismo día comenzamos a escribir en el blog.
Somos unos incomprendidos. Nadie comunica el valor real del INteriorismo. Nadie lo estaba haciendo entonces y muy pocos lo hacen ahora.
Teníamos que explicarlo. Teníamos que contarle al mundo qué hacemos, por qué lo hacemos y por qué lo hacemos así. El blog era la solución.
No te voy a engañar. No en vano este libro lleva por título Hinteriorismo (con H, lo entenderás cuando lo leas). Aquel día decidimos dos cosas: escribir un blog y subir nuestros honorarios.
¿Por qué? Sencillo. Porque el INteriorismo que veíamos alrededor era el otro. El que no podía explicarse. El de colores y estilos. El estético, el superfluo, el vacío. Nosotros no queríamos hacer aquello. Lo nuestro era más valioso. Queríamos hacer otro INteriorismo.
Sí. Lo era. Era mucho más valioso. Nuestro INteriorismo no serviría para presumir con los amigos, o quizá sí, pero desde luego serviría para hacer rentable un negocio. Nuestro INteriorismo saldría incluso gratis. Pero nuestros honorarios no podían ser los mismos. Trabajábamos más, estudiábamos más, actuábamos sobre muchos más aspectos, lo planificábamos absolutamente todo. Todo. Nada se dejaba al azar.
Sí. Lo era. Era mucho más valioso. Nuestro INteriorismo, y el de algunos otros. Aquel INteriorismo era una herramienta más del marketing empresarial, el alumno aventajado del nuevo branding de marca, un branding habitable, el arma más efectiva puesta al servicio de un retail relevante y realmente orientado a objetivos.
Y allí estábamos nosotros, decididos a contárselo al mundo. Íbamos a escribir un blog. Un blog sobre INteriorismo. Un blog sobre retail. Un blog sobre marketing.
Y aquí estamos cinco siete años después con un libro y más de un centenar de artículos escritos. Unos buenos y otros malos. Unos agradables y otros no tanto. Pero todos Honestos. Todos desde el corazón. Todos con la cabeza.
Sí. Lo era. Aquel INteriorismo era mucho más valioso.
Somos nosotros, los INterioristas, los únicos capaces de comunicar nuestra verdadera esencia, el descomunal valor diferencial que podemos aportar a esta sociedad. Eso, tan solo eso, COMUNICAR, es lo único que puede mantener esta profesión latente y fuera del alcance de una banal subjetividad estética.
Se quedan fuera de este libro los comentarios de lectores que complementan los artículos originales en el blog. Muchos y muy variados, todos ellos enriquecedores, incluso los críticos, incluso los firmados por cobardes seudónimos. Me entristece sin embargo que sean muchos más los emails privados que se quedan únicamente para nosotros y que comienzan con frases similares a «Querido Iván, gracias una vez más por tus artículos, no te imaginas cuánto me gustan y lo mucho que haces por esta profesión. Me gustaría escribirte esto en público pero […]».
NO. NO. NO. NO y NO. Ese es el error. La sociedad sabe lo que puede aportar un médico pero, créeme, piensa que los interioristas colgamos cuadros, colocamos muebles y pintamos las paredes de colores. Tenemos mucho terreno por recuperar. Mucho que contar. Y no avanzaremos enviando correos privados.
Escribe, susurra, grita, publica, vocifera y habla de INteriorismo donde sea. En cualquier lugar. En mi blog o en otros blogs. En la calle, en el bar o en televisión. Con tu familia o con tus amigos. Nunca desaproveches la oportunidad de COMUNICAR los valores del buen INteriorismo.
INterioristas hay muchos. Decoradores más, arquitectos a patadas y cuelgacuadros por castigo. Yo diría que incluso muchos de ellos son buenos profesionales. Pero solo unos pocos trascenderán, al resto nos tocará intentar sobrevivir, que no es poco. Tal como yo lo veo solo tenemos una forma de continuar respirando: lograr que la gente conozca el valor real del INteriorismo, lograr trasladar a la sociedad los beneficios del buen INteriorismo.
El germen de Fuencarral sigue aquí. El peligro sigue acechando pero nosotros seguiremos intentándolo. Seguiremos defendiendo el buen INteriorismo. Seguiremos escribiendo, seguiremos publicando, seguiremos diseñando, seguiremos respirando Hinteriorismo.
Es nuestra obligación, es nuestro único camino. Es tu obligación, es tu único camino. Trascendamos.
Ennoblezcamos el INteriorismo
SORTEO: participa en el sorteo de varios ejemplares de Un lustro de Hinteriorismo en Facebook o en Instagram.
Hola Ivan, buenos días.
1º. Que consideración te merece el diseño de la cocina profesional?
2º. La incluyes en el concepto INteriorismo?
Hola Agapito. Gracias por pasarte.
A preguntas concretas, respuestas concisas.
1º. Muy importante.
2º. Por supuesto. INteriorismo es todo. No puedes dejar nada al azar porque se comportaría como esa cadena que rompe por el eslabón más débil y la experiencia del cliente se resentiría.
Saludos cordiales.
Hola buen día soy diseñadora
En mi opinión me parece importante la comunicación del campo del interiorismo y más allá de eso el hecho de hablar con orgullo hace de la conversación algo enriquecedor para el oyente, pero en realidad no mi comentario va mas hacia una pregunta frente a ese respeto que como diseñadores debemos darle a nuestro campo. Actualmente me encuentro en la búsqueda de un nuevo trabajo y Hace poco recibí dos correos de dos empresas diferentes donde me piden una prueba de hacer el diseño de algún espacio, me dan las medidas o el plano y debo entregarles el concepto, el moodboard, los renders, planos el estilo etc. No se si esto el sea algo que actualmente esté ocurriendo en la contratación del personal pero por mi parte pienso que para eso tienes un portafolio, me gustaría saber tu opinión al respecto. Gracias y saludos
Hola Viviana, gracias por pasarte y dejarnos tu comentario.
Hasta donde yo sé, en España esto no es habitual. Si sucede, y hace poco lo comentábamos en otro artículo del blog, que se pidan trabajos previos por parte de los clientes antes de contratar a un profesional, cosa que, a priori, tampoco veo que ayude a poner en valor el sector. Para eso, como bien dices, está el portfolio y trayectoria.
Otra cosa bien distinta es lo que planteas, a la hora de contratarte dentro de un estudio. En este caso, «puede» estar más claro que el estudio no trata de aprovecharse de tu trabajo, y quiro enfatizar lo de «puede», porque quiero creer que son trabajos irreales/hipotéticos.
Como te decía no he visto que sea práctica habitual por estos lares, pero no lo vería del todo mal si así fuera para casos en los que no exista portfolio o en los que se quiera constatar una habilidad concreta. Claro, detrás siempre puede estar la pillería. Difícil establecer una norma.
Un saludo.
Hola Iván
Quisiera hacer un breve comentario a este tema, hace más de 16 años esto que comentan era una práctica habitual en muchas de las empresas que se ponían en contacto conmigo en Madrid. No era suficiente el porfolio, ni los supuestos casos eran irreales.
Tenias que llevar a cabo proyectos de cambios integrales de tiendas por ej., donde tenias que ir físicamente, medir y desarrollar el proyecto, gratis, por cierto, para pasar los filtros. La experiencia entonces me dijo que no hiciese ni un proyecto más para este tipo de selecciones, porque veíamos compañeros y yo misma que se utilizaban de alguna manera estos proyectos, se quedaban en la cartera de reconocidas marcas. Creía que esta practica había llegado a su fin, aunque parece que no es así del todo. Y mi pregunta es ¿no tenemos un periodo de prueba en la contratación o un portfolio, entrevistas de recursos humanos? Creo que hay muchas otras fórmulas para seleccionar talento para tu equipo, sin esa sensación de «trabajo no remunerado» por cada entrevista de trabajo.
Esto me ha traído muchos recuerdos de las interminables horas de trabajo de un lugar a otro para desarrollar proyectos que formaban parte de la selección y entrevistas de trabajo. Algunos de ellos, incluso habiéndome seleccionado, decidí ser yo quien no les escogiese a ellos, por ética de trabajo.
Gracias por brindarnos este espacio donde podemos compartir desde el buen hacer una profesión que debe ponerse cada día más y más en valor. Esto debe partir de todos y cada uno de los profesionales que la hacemos realidad, como bien dices.
Enhorabuena por tu página y tu valentía a la hora de hablar de esta profesión tan poco valorada.
Estoy creando mi web y buscaba en las redes como se venden los estudios para intentar diferenciarme. Así te descubrí y me llenaste de energía, positivismo e inspiración.
No he podido menos que colgar tu libro en mi fb y expresar mi admiración por tu trabajo.
Wow! Qué alegría leer opiniones como la tuya Estrella. Muchas gracias. Este comentario también es un buen chute de energía para nosotros.
Un saludo y suerte con la web.
Por cierto, espero que te guste el libro 😉