Resultan gratificantes los días en los que te vas a la cama con una lección aprendida de enorme importancia. Si además la lección se acompaña de una anécdota o situación cómica, hacen que el conjunto se acomode en el interior del cerebro para el resto de nuestras vidas. La semana pasada me ocurrió algo similar, te cuento.
Como una mañana de tantas, me dirijo a una cita con un proveedor para enseñarle el diseño de unos lavabos para un local de hostelería. Vemos los planos, maquetas, inforgrafías 3d y demás documentación al respecto. Todo parecía ir bien hasta que de su boca y para mi sorpresa, salió esta perla:
“Los lavabos de un hotel deben soportar el peso de una pareja haciendo el amor.”
He de confesar que inicialmente lo tomé como una broma, pero por su cara entendí que la cosa iba en serio. Efectivamente nuestro diseño no soportaría tal “ajetreo”. Pero realmente ¿era necesario?
Ante esto caben dos posibilidades:
(1) Obviar la situación descrita por improbable y en base a ello diseñar un lavabo con una estructura correcta pero incapaz de soportar los “envites” de nuestra hipotética pareja. Desde luego era la opción más estética y todo indicaba que sería la más inteligente. Leyendo este artículo te puedes imaginar que esta sería la opción elegida por muchos.
(2) Tener en cuenta la veteranía de un proveedor de confianza y con años de experiencia en el sector que nos transmite ese sutil detalle, improbable para los ajenos, pero frecuente y habitual para los que de verdad conocen el sector y sufren este tipo de situaciones cómicas y rocambolescas.
Dicho esto, nuestros lavabos han sido reforzados a prueba de “amor”. Esta situación ilustra perfectamente una de las grandes ventajas de contar con los mejores profesionales de cada sector: la hiper-especialización.
Sin lugar a dudas esta anécdota me ha servido de mucho. Seguramente en todas las profesiones, así como en la vida en general, la experiencia es fundamental, y en el mundo de la arquitectura y el diseño en general, se me antoja vital.
Prueba de ello son la cantidad de diseños que fruto de la experiencia y del prueba-error han ido evolucionando con el tiempo. Debemos tener en cuenta nuestra propia experiencia y la de la gente que, más especializada que nosotros, conoce de forma profunda los pequeños detalles del sector en el que se mueven.
Por cierto, hoy mismo nos vamos de vacaciones… ¿Cómo será el lavabo de mi hotel?
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