Recientemente tuve la gran suerte de asistir a la ponencia de Ferran Adrià en la Universidad de A Coruña. Es probable que para los allí presentes haya supuesto todo un acontecimiento, en mi caso se trata de algo más, un recuerdo que guardo como oro en paño, una experiencia inolvidable. Algunas de las frases y conceptos que explicó, a pesar de haberlos visto y oído en documentales varios, cobraron especial relevancia en directo.
En otras ocasiones os he hablado de mi debilidad y devoción por todo lo relacionado con la figura del mejor cocinero del mundo. Aunque para mí, Adrià es muchísimo más que eso. Su figura trasciende a un mundo muchísimo más amplio que el gastronómico. No he encontrado persona o ente que me motive más en mi trabajo y me genere la necesidad de ser cada día un poco mejor. A muchos les sorprende que un cocinero sirva de inspiración a un Diseñador de Interiores por mucho que el tema de la gastronomía también me atraiga, pero os puedo asegurar que realmente es así, y la explicación, sencillamente, no me preocupa.
Momentos antes del comienzo del evento tuve la posibilidad junto a mi hermano Orlando y Jaime Conde de quattro IDCP, un buen amigo y compañero de «creatividades varias», de acceder a una entrevista-charla en petit comité con el mismísimo Adrià. Charlamos sobre creatividad, innovación, negocios, actualidad… casi de todo, menos de cocina.
Lógicamente no desvelaré la conversación que mantuvimos ni muchísimo menos, pero sí me gustaría compartir un pequeño extracto que considero de vital importancia para prosperar y sentirse realizado tanto en los negocios como en la vida misma.
Puesto que nos encontrábamos en la Facultad de Economía y Empresa, en un momento dado la conversación derivó hacia el método de enseñanza actual, la figura de los estudiantes y el futuro que les aguarda a la vuelta de la esquina una vez se enfrenten a la vida real post-universidad. Entre todos hicimos lecturas particulares de la situación, intentamos diagnosticar y arreglar el mundo en un momento, aunque he de resaltar que con bastante pesimismo al respecto.
Mi discurso venía a reflejar la alarmante y generalizada falta de pasión en los jóvenes profesionales (entiéndase el error que cometo al extrapolar sobre una muestra particular no significativa). No logro entender cómo «la principal dedicación de una persona, lo que viene a ser trabajar, se puede desarrollar sin pasión alguna». Dicho esto, Adrià me interrumpió, se giró apuntando a una pizarra de la cual más tarde se ayudaría a modo de guión en su ponencia y sentenció -«Ah, claro. Mira, lo tengo aquí apuntado como la primera de las necesidades para alcanzar el éxito. Sin pasión no hay nada»-.
Curiosamente días después leía un post del siempre genial Marc Vidal recordando otro artículo publicado por Javier Batanero en La Vanguardia, ambos trataban el tema desde un prisma colaborativo entre dos ingredientes fundamentales del éxito: pasión y fracaso.
Escribo este post sabiendo que mucha gente se sentirá ofendida, puesto que si los tiempos ya están difíciles para encontrar un trabajo, no digamos para encontrar un trabajo que además nos apasione. En verdad es cierto, pero cabe otra lectura ante este panorama desolador que se ha apoderado de nosotros. Quizá ahora mismo estés en paro, o tu ocupación actual penda de un hilo y es posible que este sea el momento de iniciar ese camino que verdaderamente te apasiona.
Quizá pienses que no tienes nada, pero solamente esa pasión por realizar o emprender un sueño es mucho. Partes con ventaja, créeme. Podrás achacar muchas carencias, pero el ingrediente base y el más importante ¡ya lo tienes! Recuerda: «Sin pasión no hay nada».
A menudo pienso que hay dos tipos de personas en función de la interpretación que hacemos del tiempo. Unos interpretan la vida como se suceden los segundos, minutos y horas en un reloj. Y otros, entre los que me incluyo, valoramos la vida y nuestro tiempo como una cuenta atrás. Quizá sea esa concepción la que nos presiona para aprovechar todo nuestro tiempo, nuestro principal activo en la vida.
«La jubilación es para aquellos que se han pasado la vida trabajando en algo que no les apasiona». Woody Allen.
Me han dado muchos y buenos consejos, el más importante de todos ellos es el simple y manido «aprovecha el tiempo». Me espanta cuando prácticamente a diario leo comentarios en las redes sociales de muchos de mis amigos que se quejan de su trabajo, que el lunes o martes ya están deseando que llegue el fin de semana… Si la mayor parte de nuestra vida la dedicamos a trabajar, si no buscas algo que verdaderamente te apasione, sencillamente estarás desperdiciando lo más importante y trascendental que tienes: tu vida.
¿Qué prefieres, tener/crear un trabajo que te apasiona o regalar tu tiempo por dinero? Tú eliges. Ahora mismo puede ser el mejor momento para emprender y cumplir tu sueño. La pasión que sientes es más importante de lo que crees. No comienzas sin nada, al contrario, tienes lo más importante: pasión.
«La única forma de hacer un gran trabajo es amando lo que haces». Steve Jobs.
Imagen bajo licencia CC de Nina Matthews Photography en Flickr.
Pues decirte….que se me ha saltado la lagrimilla al leerte…
Yo, puede que sea una de esas jóvenes deseando explotar toda su creatividad….deseando dar a conocer todo lo que amo…
Acabé la carrera….uff en 2009…y desde entonces….tan sólo he podido realizar un par de proyecos, que sinceramente no es poco habiendo salido sin prácticas…ni habiendo aprendido con nadie….
Amo a la gente que lucha por sus sueños…las amo y me siento identificadas con todas y cada una de ellas…
pero la sociedad y todo esto por lo que está pasando España, está haciendo que la gente se convierta en pura conformista (cosa que no soporto)….
Yo sigo luchando por mi sueño…que no es otro que diseñar…diseñar…y diseñar….
No paro de intentarlo…pero también reconozco que a veces uno se siente derrotado de ver que nunca llegan las oportunidades ni la buena suerte….
Todos los dias me levanto leyendo un cuadro bien grande que tengo sobre mi cama, que dice; «Elige el trabajo que tu ames….y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida!» ójala todos lo consiguieramos!
uff
Gracias por este post…y por el desahogo que ha desencadenado!
Suerte!!
Gracias a ti por tu sincero comentario.
Pienso que nada es fácil, y si lo fuera tampoco lo valoraríamos convenientemente. Por tanto hemos de asumir que sufriremos en la búsqueda de nuestros sueños y esto nos hará valorarlo en su justa medida.
Hay gente que no contempla más opción que este camino, el de perseguir unos objetivos idílicos, para mi es ideal, pero has de hacerte con un apoyo, algo (o alguien) que te ayude y te empuje en los momentos difíciles que llegarán, sin duda, todos pasamos por ellos.
Siempre que necesites desahogo… aquí estamos tb para eso 😉
¡Ánimo!
Me siento identificada contigo sobre el emprendimiento, yo llevo muchos años intentando ganarme la vida como Interiorista y he rechazado la tentación de aceptar un trabajo por cuenta ajena para luchar por conseguir mi sueño y trabajar de mi pasión. Como dice Ivan, No concibo otro concibo otro camino profesional.
¿Después de estos años como te va?
Gracias Ivan por este post.
Hola Victoria,
Celebro leer a gente como tú. En realidad esta vida va de luchar. No conozco nada que merezca la pena que venga «regalao». Todo requiere trabajo y sufrimiento. Y a veces, solo a veces, viene la gran recompensa.
A principios de año vamos a sacar una formación online para ayudar precisamente a que la gente convierta su pasión por el interiorismo en un modo de vida. Utilizamos mucho esa frase que tú mencionas: «aprende a vivir de tu pasión por el interiorismo». Porque nos han llenado de teoría, de técnica, incluso de estética, pero nadie nos ha contado qué hay que hacer para destacar en este complicado, saturado y a veces injusto sector de la arquitectura interior.
A mi, por suerte me va bien Victoria. No me puedo quejar. Espero que a ti también.
Un saludo y gracias por pasarte.
Uno de los principales lastres que tenemos es que muchos no sabemos quiénes somos. No sabemos cuáles son nuestros dones. No sabemos qué es lo que nos gusta hacer ni lo que se nos da bien.
Hemos apostado «a tener una carrera para labrarnos un futuro» cuando es posible que nuestra pasión sea diseñar zapatos, arreglar grifos o plantar cebollinos en el campo. O hacer cocidos. O pintar uñas. O pasear perros. O hacer cometas. O lámparas de vidrio. O catedrales.
Es necesario conseguir una educación abierta en ese sentido: que nos ayude a conocernos y a darnos lo que necesitamos y a saber lo que realmente nos hace vibrar. La que tenemos ahora nos lleva a una uniformidad gris y aburrida y aunos trabajos que muchas veces nos asfixian y nos hacen sentir puras meretrices.
Nos «preparamos» para algo que no existe cuando salimos de la escuela. ¿Por qué no crear nosotros la sociedad que queremos? El que quiera ser abogado, que se dedique a la abogacía. Pero el que quiera ser pastelero o frutero o saltimbanqui ambulante… ¡¡¡ Que lo sea igualmente y con el mismo respeto !!!
Sinceramente Morgana, comentario redondo, de 10.
No se me ocurre nada más que añadir, sólo que opino lo mismo y no podría expresarlo mejor.
Gracias por «dejar aquí» esta joya.
Enhorabuena lo primero Iván, con tu permiso y por la admiración que nos suscita tus publicaciones, te hemos echó un hueco en nuestro blog, http://esteliberica.blogspot.com.es/, yo me encuentro en la otra parte , de cuando alguien ejerció su pasión en diseñar un mueble, un espacio, edificio, entorno,…. Crear la ilusión a un ilusionista, para intentar realizar la mía, vender.
» crear ilusión al ilusionista» cosa poco fácil, no creéis? Aún así mi pasión sigue activa.
Saludos y si quieres cotillearnos , no dejes de hacerlo http://esteliberica.blogspot.com.es/
Muy agradecidos Javier 😉
Y coincido contigo, árdua tarea la que tenéis por delante… ilusionar al «otro» creativo… pero si un reto fuera sencillo, no sería un reto.
Saludos.
Muy buen artículo. Te felicito. Me ha gustado y me identifico con tu frase «Y otros, entre los que me incluyo, valoramos la vida y nuestro tiempo como una cuenta atrás».
Sin pasión no se alcanzan esos sueños, pero sólo con pasión tampoco (esa es mi experiencia personal). Es importante añadir ciencia y experiencia a la pasión. La suma de los tres se puede convertir en algo muy poderoso. Un saludo
Antonio Basso
yasoypintor.com
coherentia consulting
Hola Antonio, por supuesto, sin pasión no hay nada, pero sólo con pasión tampoco.
Es interminable la lista de requisitos para triunfar en un determinado sector, pero si nos ponemos a proponer un decálogo cada uno deberíamos coincidir al menos en esta: pasión.
Saludos.
Todo lo que escribes es… me sirve muchisimo.
Me alegra leer eso Mari.
Un saludo.