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Dejamos el interiorismo. Queremos cambiar el mundo.- Este artículo será corto, en realidad con el título hubiera sido suficiente, pero sentimos la necesidad de posicionarnos, reposicionarnos (en el mismo lugar), reafirmarnos en nuestra parcela y que nadie nos empuje.

Estamos cansados de modas, de oportunidades, de gangas, de convertidores de panes, de imitadores, de oportunistas, de niñerías y de duros a cuatro pesetas.

Dejamos el interiorismo. Queremos cambiar el mundo.

Como país, como interioristas y como personas nos han engañado aquí y allá, nos han plagiado, nos han estafado, vilipendiado y tomado por tontos en multitud de ocasiones. Mientras desvalijaban esta nación nos convencían de que había que ir a la universidad, luego de que era más importante tener un oficio que tener estudios y ahora nos culpabilizan de todo por no ser emprendedores; ¡y hala! todo el mundo a emprender. Seguimos al rebaño, adoramos la seguridad. Solo nos revelaremos cuando nos quiten la red.

No se puede emprender nada solo con pasión y dedicación.  [Retuitear esta frase]

¿Y ahora que ya todos somos emprendedores y optimistas qué hacemos? Pues podemos pedir dinero al banco para que financie nuestro emprendimiento. ¡Ahh, que no! Que los bancos ahora solo financian proyectos sólidos y solventes, no a emprendedores optimistas. ¿Pero, no se podía emprender solo con pasión y dedicación? No señores, siento decirles que no se puede emprender nada solo con pasión y dedicación. Para emprender se necesitan mil cosas más, y entre ellas -lamento mucho ser portador de malas noticias- se necesita inexorablemente dinero.

Pero señores -y aquí más de uno se dará por aludido, es mi intención-, que no haya dinero, no quiere decir que no pueda haber imaginación. Cuando la burbuja se inflaba, todos a promover y construir. Cuando se desinflaba, todos a las reformas. Y ahora que explotó, pues todos a decorar. Muy bien, pues todos a decorar. Volvamos al rebaño. Personalmente valoro muy positivamente la competencia. No existe ningún contexto en el que la competencia legal y «no desleal» sea negativa, sino todo lo contrario. Pero échenle un poquito de imaginación, señores.

No nos pagan por lo que somos sino por lo que hacemos. No es un título, es una actitud.  [Retuitear esta frase]

Me aburren los biocurrículos vacíos del tipo «experto en decoración low cost», «interiorista comercial recuperador de espacios», «arquitecto ecológico»… y no consigo entender que alguien se los crea. A ver cuando nos enteramos de que NO nos pagan por lo que somos sino por lo que hacemos. No sirve de nada -a mi parecer- que en tu Twitter ponga que eres interiorista comercial si en tu primer proyecto te comportas como el interiorista comercial del estudio de enfrente. No es un título, es una actitud. Y no puedes cambiar de actitud según sople el viento. Ahora sostenible, ahora low cost. Ahora vintage, ahora minimal. Ah! pero siempre emprendedor y optimista.

Siempre me pregunto cómo nos han podido colar esta mamarrachada del Low Cost. ¿Pero qué narices es el Low Cost? Siempre hemos cobrado a nuestros clientes lo que nos parecía justo y así lo seguimos haciendo. Y nunca hemos gastado ni un céntimo más de lo que consideramos necesario para el buen funcionamiento de un proyecto/negocio. Para mi el Low Cost es más bien Dark Cost, bien «te he estado robando hasta ahora pero ya no cuela» o bien «te voy a meter gato por liebre».

Un «titulado» nunca podrá copiar a un «profesional» por más que le copie.  [Retuitear esta frase]

Dejemos ya de etiquetarnos y vamos a desnudarnos. Seas mecánico low cost, emprendedor, interiorista sostenible, o farrapos de gaitas… has de serlo de verdad. Deja de copiar, deja de seguir modas, de imitar, de comprar la primera ganga que pasa por tu pantalla, porque al final, lo quieras o no, si tú no te desnudas otro lo hará por tí.

Hay muchas diferencias entre un «profesional» y un «titulado», o «etiquetado», infinitas diría yo. Pero entre todas ellas hay una decisiva. Un «Profesional» se mata por responder profesionalmente a su cliente y hacer que lo que ha invertido en él sea rentable, que la operación sea un negocio positivo para las dos partes. Un «Titulado» solo quiere hacer un buen trabajo para poner en su currículo, a este no le preocupa el cliente, no piensa en su rentabilidad, y habitualmente tampoco en la propia. Un «Titulado» nunca -repito, nunca- podrá copiar a un «Profesional» por más que le copie. Espero se entienda la redundancia. He entrecomillado los términos para evidenciar que no deben ser entendidos literalmente, aun así alguno lo hará. Allá cada cual.

Yo no quiero tener un simple estudio de interiorismo comercial, no te molestes en imitarme -elige mejor en todo caso-. Lo que quiero es conocer tu problema e intentar ayudarte. Formar equipo y llegar a la mejor solución posible. Quiero hablar contigo, equivocarme y solucionarlo, sentir tu negocio, tomar unas cañas, conocerte y disfrutar de nuestro trabajo, el tuyo y el mío. Si cuando te pase la factura por mis honorarios no puedo asegurar que el planeta Tierra está un poquito más completo habré fracasado.

Y mientras tanto tú puedes hacer interiorismo comercial low cost o seguir jugando a los emprendedores. Puedes vender renders como proyectos, o jugar a regalar tu «trabajo». Puedes seguir imitando a todo bicho viviente de moda y girar con el viento, o también puedes intentar convencer a tus clientes de que pueden tener éxito sin invertir un duro, o incluso creer en los mundos de Yupi, puedes hacer lo que quieras, faltaría más.

Te puedo asegurar que yo voy a seguir intentando mejorar este mundo, y quien quiera, y pueda, que lo imite, o lo supere.

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