New York me enseñó que ‘si solo tienes talento, no tienes nada’ (II)
Si quieres triunfar has de hacer 1.000 cosas bien, y lo más importante, el cliente ha de percibir que haces 1.000 cosas bien. Porque lo importante no es el producto, sino la percepción del producto, lo que nosotros solemos llamar el ‘universo circundante’